Wolverine Worldwide sale de compras para reforzar su catálogo de marcas mientras espera la decisión sobre Reebok. El grupo estadounidense, propietario de Merrell y Saucony, ha comprado la firma de activewear femenina Sweaty Betty por 410 millones de dólares (345 millones de euros).
La transacción se pagará íntegra en efectivo, según ha informado la compañía. Sweaty Betty es una marca especializada en los segmentos del fitness y la moda deportiva femenina. Su alcance global ha crecido en los últimos años y se especializa en el diseño de prendas como mallas, tops, bañadores, ropa de calle y accesorios.
“La adquisición complementa nuestra estrategia para pasar de ser un vendedor de calzado multimarca a una empresa centrada en el consumidor con un fuerte crecimiento digital”, ha destacado Blake Krueger, consejero delegado de Wolverine.
Julia Straus, consejera delegada de la marca, seguirá liderando su negocio y reportará ante Brendan Hoffman, presidente de Wolverine. La marca nació en 1998 y hasta ahora estaba en manos del gigante estadounidense L Catterton.
El grupo de Saucony y Merrell cerró el primer semestre de 2021 con una facturación de 1.142 millones de dólares (966 millones de euros), un 31% más que en el mismo período del año anterior. Su beneficio neto pasó de menos de 11 millones de dólares en el primer semestre de 2020 a 82,8 millones en 2021 (70 millones de euros).