Wolverine Woerldwide pega un frenazo en el segundo trimestre pese al buen inicio de año. El fabricante estadounidense de ropa y calzado deportivo cerró el primer semestre de 2023 recortando su beneficio hasta 43 millones de dólares (39 millones de euros), casi tres veces menos que el resultado obtenido en los primeros seis meses de 2022, cuando ganó 134,3 millones de dólares (122,1 millones de euros), lo que supone un descenso del 685 interanual.
Este beneficio concuerda con la caída de las ventas de la compañía, que se redujeron un 10% interanual, hasta 1.188,5 millones de dólares (1.080,5 millones de euros), según ha anunciado la empresa en la presentación de resultados. A pesar de que la compañía no desglosa sus cifras por categorías de producto ni por países, sí especifica cuál fue el negocio de cada una de sus marcas en el último trimestre. Así, sumado a los resultados extraídos del primer trimestre, la actividad estuvo liderada por Merrell, con unos ingresos de 357 millones de dólares (324,5 millones de euros).
Aun así, Merrell sufrió un retroceso del 15,7% en el segundo trimestre. Por detrás se situó Saucony, con un negocio de 274,3 millones de dólares (249,4 millones de euros). El resto de marcas sufrieron retrocesos en sus ingresos de abril a junio: Sperry un 23,5%; Wolverine un 28,2% y Sweaty Betty un 7,2%.
El grupo ha reducido sus previsiones y espera cerrar el ejercicio con una facturación de entre 2.600 millones de dólares (2.363 millones de euros) y 2.800 millones de dólares (2.545 millones de euros), lo que supone un descenso del 10% interanual.
“El entorno comercial es difícil, especialmente en los canales mayoristas mundiales, donde la demanda de pedidos se ha ralentizado a medida que los minoristas gestionan sus negocios con más cautela”, ha señalado Mike Stornant, vicepresidente ejecutivo y director financiero de la compañía.