Wolverine Worldwide pisa el freno debido a la caída de ventas de prácticamente todas sus marcas. La multinacional estadounidense cerró septiembre con una facturación de 1.716 millones de dólares (1.605 millones de euros), un 15% menos interanual. Además, la empresa recortó su beneficio un 70% en este periodo, logrando unas ganancias de 51,4 millones de dólares (48 millones de euros).
En el tercer trimestre la compañía vio como las ventas de sus tres principales marcas cayeron a doble dígito: los ingresos derivados de Merrell retrocedieron un 24,3%, hasta 157 millones de dólares (146,8 millones de euros). Por su parte, el negocio de Saucony cayó un 14%, hasta 116,4 millones de dólares (108,8 millones de euros). La principal caída, sin embargo, la protagonizó Sperry, que recortó sus ventas un 41,4%, hasta 46,2 millones de dólares (43,2 millones de euros). Menos acusado fue el retroceso que experimentó Wolverine, que ingresó un 4,7% menos.
De cara al cierre del año, Wolverine prevé facturar un 13% menos, entre 2.190 millones y 2.200 millones de dólares (entre 2.048,4 millones y 2.057,7 millones de euros). “El negocio de Saucony y Swaty Betty se ha estabilizado y muestra signos de mejora. Sin embargo, Merrell continúa operando en una categoria, el outdoor, con gran competencia, y las marcas del grupo están experimentando vientos en contra a nivel de demanda mayorista. Por ello estamos reduciendo nuestra perspectiva de ingresos para el cuarto trimestre”, ha comentado Mike Stornant, vicepresidente y director financiero de la compañía.