Wolverine Worldwide tira de talento interno para renovar su cúpula directiva. El grupo estadounidense, propietario de marcas como Saucony o Merrell, ha elegido al que será el próximo presidente de su consejo de administración a partir del próximo 4 de mayo. Tom Long, hasta ahora director independiente principal de la junta directiva de la compañía, tomará el relevo de Blake Krueger, que se jubilará tras una etapa de 30 años en la empresa.
Long se unió a la junta de Wolverine Worldwide en 2011 tras una carrera de tres décadas ocupando cargos ejecutivos en compañías como MillerCoors, LLC, Miller Brewing Company o Coca-Cola, donde ocupó responsabilidades vinculadas al área de marketing. En 2022 fue nombrado como director independiente principal de la junta de Wolverine. Anteriormente había actuado como presidente del comité de compensación.
“Durante el mandato de Krueger, la empresa se ha transformado, desde un mayorista de calzado tradicional, a una organización global con una de las carteras de marcas de calzado y estilo de vida más grandes del mundo. Me siento honrado de sucederlo como parte de nuestra transición de liderazgo planificada”, ha comentado Long.
Tras ser nombrado director ejecutivo en 2007, Krueger fue elegido presidente de la junta en 2010. En 2021 se retiró como director ejecutivo, y desde entonces ha seguido al frente del consejo de administración de la compañía como presidente ejecutivo. “Ha sido un privilegio y un honor haber servido a Wolverine durante tres décadas y haber tenido un papel en los 140 años de la exitosa historia de la empresa”, ha asegurado Krueger.
En paralelo a este movimiento, Wolverine Worldwide también ha anunciado el nombramiento de Stacia Andersen, vicepresidenta ejecutiva de PetSmart; Jodi Bricker, directora ejecutiva de Quay Australia; y DeMonty Price, hasta hace pocos meses director de operaciones, servicio y valores de RH, como miembros de la junta directiva. De este organismo se despide David McCreight, que ha renunciado a este cargo para poder dedicarse a tiempo completo a su responsabilidad como presidente ejecutivo de Lulu’s Fashion Lounge Holdings.
La compañía cerró 2022 con unos números rojos de 189 millones de dólares (176 millones de euros) pese a haber incrementado un 11,2% interanual su facturación, hasta 2.684 millones de dólares (2.503 millones de euros). El motivo principal de este desequilibrio fue el exceso de inventario tras vender por debajo de sus expectativas, así como el elevado coste de la cadena de suministros.