VF coloca los 493 millones de bonos verdes que lanzó el año pasado para reducir el impacto medioambiental de su actividad. La compañía ha utilizado la financiación captada con la emisión de bonos verdes para apoyar proyectos sostenibles que, a su vez, son fundamentales para la generación de negocio de la empresa.
Los trece proyectos se enmarcan en cinco grupos, como es el uso de productos y materiales sostenibles para fabricar los artículos. Esta línea es a la que ha destinado más financiación, con 243,5 millones de euros. En segundo lugar, está el uso de algodón sostenible, con 162 millones; la apuesta por edificios sostenibles, con 83 millones; la adaptación para que el grupo sea más eficiente desde un punto de vista energético, y la reforestación de bosques, un proyecto al que ha destinado 1,1 millones de euros y que le ha permitido plantar dos millones de árboles.
“Estamos muy orgullosos de ser la primera empresa de la industria de la ropa y el calzado en emitir un bono verde”, ha explicado Scott Roe, vicepresidente ejecutivo y director financiero de VF. “Creemos que el éxito empresarial y la gestión medioambiental están estrechamente vinculados, como lo demuestra el éxito de este esfuerzo, que nos ha permitido avanzar hacia el logro de nuestros objetivos basados en la ciencia y, al mismo tiempo, fortalecer nuestro negocio a largo plazo”, ha añadido.
El holding estadounidense, dueño de marcas como The North Face, Vans, Timberland o Eastpack, entre otras, ha cerrado el tercer trimestre de su ejercicio fiscal con una facturación de 3.155 millones de dólares (2.600 millones de euros), un avance del 6% interanual. El beneficio neto obtenido entre octubre y diciembre, sin embargo, se hundió un 25%, hasta 347,2 millones de dólares (285,8 millones de euros).
