Adidas deja atrás el rojo tras volver a vender el inventario de Yeezy que dejó en stand by. Tras perder 30 millones entre enero y marzo, el gigante alemán del retail ganó 95 millones de euros durante el segundo trimestre de 2023, resultado que le permite cerrar el primer semestre del año con un beneficio de 65 millones de euros, un 91,8% menos de lo que ganó en el mismo período de 2022. Pese a la destacada caída interanual de sus ganancias, Bjørn Gulden, consejero delegado de Adidas, asegura que el resultado es “ligeramente mejor de lo que esperábamos”.
Adidas ha cerrado el primer semestre del año con un leve retroceso del 2,6% interanual en su facturación, hasta 10.617 millones de euros. Unos ingresos que habrían sido muy inferiores de no haber decidido, en mayo, empezar a vender el inventario no liquidado de la marca desarrollada de la mano del rapero Kanye West, y que fue retirada del mercado en octubre de 2022, cuando la compañía rompió su relación con el cantante tras unos insultos racistas.
“Aunque todavía tenemos demasiado inventario de movimiento lento en el mercado, la venta directa ha ido mejorando. El beneficio operativo fue sustancialmente mejor a nuestros planes iniciales, la venta de la primera parte del inventario de Yeezy ayudó, por supuesto, tanto a nuestros ingresos como al resultado”, ha explicado Gulden.
El consejero delegado de Adidas advierte que continuarán vendiendo el inventario restante de Yeezy, ya que considera que “es mucho mejor que destruirlo, y nos permite hacer donaciones sustanciales a organizaciones para combatir el antisemitismo. Y, por supuesto, nos está ayudando tanto a nuestro flujo de caja como a nuestra solidez financiera general”. Adidas advirtió que no vender las existencias de Yeezy implicaría dejar de facturar 1.200 millones de euros.
Por mercados, la compañía ha sufrido un retroceso en sus ventas del 17,2% en Norteamérica, donde ha facturado 2.575 millones de euros. En Europa, Oriente Medio y África, la caída de sus ingresos ha sido menor, del 1%, hasta 3.975 millones de euros. La empresa advierte que en ambos mercados persiste “un elevado riesgo de recesión”.
La incertidumbre entorno a la recuperación de China también le ha pasado factura: ha vendido un 4,2% menos en el gigante asiático, hasta 1.650 millones de euros. La facturación en Asia-Pacífico y Latinoamérica, por su parte, ha crecido un 5,8% y un 28,2%, respectivamente. De cara al cierre de 2023, la compañía prevé una caída de sus ingresos de un dígito.
