Shimano no frena el ritmo en este ejercicio pese a la crisis de suministros y al cierre temporal de alguna de sus fábricas. La empresa japonesa, uno de los principales proveedores de componentes de bicicletas del mundo, ha cerrado los nueve primeros meses del año con una facturación de 467.665 millones de yenes (3.177 millones de euros), un 18,3% más interanual.
El beneficio neto de la compañía se incrementó un 31,9% en este período, hasta 113.486 millones de yenes (771 millones de euros). Su principal línea de ingresos y la que ha impulsado este crecimiento en los nueve primeros meses del año continúa siendo la venta de componentes para bicicletas.
Los componentes de bicicletas facturaron un 20,57% más que en el mismo periodo de 2021, hasta 384.654 millones de yenes (2,613 millones de euros). El beneficio operativo de esta línea de negocio también creció un 21,56%, hasta 109.119 millones de yenes (741,33 millones de euros). La pesca, donde Shimano es particularmente fuerte en Estados Unidos, ha aumentado sus ventas un 8,9% interanual, hasta 82.653 millones de yenes (561 millones de euros).
Este avance en el negocio ha permitido revisar las previsiones al alza para el cierre del ejercicio. Shimano ha aumentado un 1,7% sus previsiones de facturación, hasta 590.000 millones de yenes (4.008 millones de euros), y un 1,6% las previsiones relativas al beneficio operativo, que ahora está fijado en 163.500 yenes (1.110 millones de euros).
En esta revisión ha influido el tipo de cambio de moneda respecto al dólar estadounidense, así como al incremento del precio de las materias primeras, según ha explicado la compañía. Por otro lado, Shimano ha excluido las ventas del del retailer de ropa ciclista Pearl Izumi en sus resultados, después de que lo vendiera en mayo a United Sports Brands por un precio que no ha sido desvelado. Shimano adquirió esta empresa en 2008 por 80 millones de dólares.