Shimano evoluciona al mismo ritmo que lo hace la industria de la bicicleta, lo que significa que este año está experimentando una contracción de ventas en comparación con los dos últimos ejercicios. La empresa japonesa, uno de los principales proveedores de componentes de bicicletas del mundo, ha experimentado un frenazo en sus ingresos tras disminuir un 20% su facturación hasta 375.264 millones de yenes (2.357 millones de euros).
Aun así, el retroceso en las ganancias ha sido aún mayor, ya que ha pasado de los 113.679 millones de yenes (714 millones de euros) en 2022 a 60.367 millones de yenes (379 millones de euros) en los primeros nueve meses de 2023, lo que supone un resultado neto un 47% inferior.
Su principal línea de ingresos continúa siendo la venta de componentes para bicicletas ya que aporta el 77% de los ingresos de la empresa. Este segmento ha registrado una caída del 24,8% de las ventas, hasta los 289.443 millones de yenes (1.818 millones de euros). El beneficio operativo de esta línea de negocio también se hundió un 48,8%, hasta 55.917 millones de yenes (351,2millones de euros). En cuanto a la pesca, donde su principal impacto está en EEUU, las ventas aumentaron un 3,4% interanual, hasta 85.472 millones de yenes (536,8 millones de euros).
Ligero repunte en sus previsiones
De cara a 2023, Shimano prevé que su facturación caiga un 28,4%, hasta 462.000 millones de yenes (2.901 millones de euros), y obtener un beneficio operativo de 77.000 millones de yenes (483,6 millones de euros), un 54,4% menos que en 2022. La compañía ha aumentado un 2,7% sus previsiones respecto al trimestre pasado debido a que “los pedidos no cayeron tanto como se había previsto”, aunque advierte que “las perspectivas seguirán siendo inciertas”, según ha señalado en un comunicado.