New Balance se suma a la tendencia de moda en el retail deportivo. El fabricante de ropa y zapatillas deportivas registró el pasado 13 de enero tres marcas comerciales con el objetivo de comenzar a operar en el metaverso. Así, la compañía sigue los pasos de otros grandes players del mercado como son Nike, Adidas o Puma.
Cada una de estas nuevas marcas permitiría a New Balance explotar un negocio concreto dentro del metaverso. Una estaría enfocada a la fabricación de calzado y prendas deportivas dentro del espacio virtual, otra a proveer a minoristas virtuales de estos productos para su venta y, por último, la tercera marca estaría dirigida a que la compañía utilice estas creaciones con fines de entretenimiento online.
Por el momento la compañía no ha confirmado sus planes por lo que la información que se maneja procede del registro mostrado por el abogado de marchas registradas Josh Gerben. La semana pasada fue la compañía alemana Puma quien registró varias marcas comerciales bajo las que operará un catálogo de productos virtuales que, aunque no se han especificado todavía, sí se sabe que incluirán ropa y calzado deportivo y juegos de realidad virtual.
Joe Preston, consejero delegado de la compañía estadounidense, destacó en un evento el pasado noviembre que las ventas del grupo a escala global aumentarán en torno a un 30% interanual en 2021, hasta 4.500 millones de dólares (3.882 millones de euros).
De lograrlo, superaría los 4.000 millones de dólares (3.451 millones de euros) con los que cerró 2019, el año previo a la pandemia. Por ahora se desconoce si el objetivo de alcanzar entre 7.000 y 10.000 millones de dólares (6.039 y 8.627 millones de euros) en ventas a medio plazo sigue en marcha o se ha visto lastrado por la pandemia.
En España New Balance vive momentos complicados. El pulso judicial que actualmente mantiene con su principal socio de retail en el país, se le suma la obligación de remontar ventas y resultado tras un 2020 que cerró con pérdidas. Así, en un año marcado por el impacto de la Covid-19, la compañía perdió un 30% de su negocio, pasando de 77,3 millones de euros a 53,2 millones de euros entre 2019 y 2020.