“Tenemos un playbook que ahora podemos utilizar en cualquier lugar”, señala el consejero delegado de Nike, John Donahoe, tras el estallido de la crisis del Covid-19 que ya afectaba al negocio en China y amenazaba al del resto del mundo. Y lo cierto es que ese libro de jugadas anunciado, apoyado sobre todo en el negocio online, permitió salvar el último ejercicio fiscal al mayor grupo de retail deportivo. La multinacional facturó un 4% menos, hasta 37.403 millones de dólares, pero logró continuar en beneficios pese a que fueran un 37% inferiores, con 2.539 millones de dólares.
El cierre temporal de tiendas, tanto propias como las de sus socios, ha provocado que el grupo sufriera unas pérdidas de 790 millones de dólares en el último trimestre, frente a unas ganancias de 989 millones en el mismo periodo del año anterior. Esta circunstancia, atribuible a una caída de ventas del 38% entre marzo y mayo, también se tradujo en un aumento del 31% del producto en stock al término del ejercicio, por valor de 7.400 millones de dólares. Aun así, la multinacional. Esta cuestión afectó al margen porque se intensificaron los descuentos para evitar la obsolescencia de algunos productos. Por otro lado, la posición de caja para hacer frente a la pandemia mejoró, doblando la liquidez disponible a 8.348 millones de dólares.
“En un entorno altamente cambiante, la marca Nike continúa resonando fuertemente con los consumidores de todo el mundo a medida que nuestro negocio digital se acelera en todos los mercados”, ha defendido hoy Donahoe. De hecho, las ventas online subieron un 75% en el cuarto trimestre (marzo-mayo) y un 40% interanual en todo el ejercicio fiscal, que va de junio a mayo.
Esta apuesta por las plataformas digitales propias es la que explica que el peso de la venta directa al consumidor crezca cada año y ya alcance el 35%. Las ventas atribuidas a Nike Direct, que incluye tiendas físicas y online propias, subieron un 5% interanual, hasta 12.382 millones de dólares. Por el contrario, los ingresos obtenidos por la venta mayorista a cadenas como Intersport o Base bajaron un 9%, hasta 23.156 millones de dólares.
Nike perdió 790 millones de dólares en el último trimestre por el cierre temporal de tiendas, tanto propias como las de sus socios
El grupo sufrió más para sostener el negocio en su mercado original y más importante, Norteamérica, donde la facturación cayó un 9% interanual tras un desplome del 46% en el último trimestre. En total, fueron 14.484 millones de dólares. Los ingresos en China, donde arrancó la crisis y se puso en marcha el plan de choque digital, crecieron por sexto año consecutivo con un alza interanual del 8%, hasta 6.679 millones de dólares.
El gigante asiático aún está lejos de alcanzar a la región formada por Europa, Oriente Medio y África, cuya facturación sólo bajó un 5% interanual, hasta 9.347 millones de dólares, con un hundimiento de la actividad similar al sufrido al otro lado del Atlántico. El descenso de las ventas en Asia-Pacífico y Latinoamérica fue del 4% interanual, hasta 5.026 millones de dólares.
Por líneas de producto, la comercialización de equipamiento es la que más sufrió pese al boom experimentado por el pequeño material de entrenamiento para el hogar. Su descenso interanual fue del 9% y se situó en 1.280 millones de dólares, muy lejos de las dos grandes divisiones de Nike. La venta de calzado bajó un 4% en el ejercicio 2020, hasta 23.305 millones de dólares, mientras que el textil cedió un 5% y se situó en 10.953 millones de dólares. Converse, por su parte, contuvo su caída interanual en el 3%, hasta 1.846 millones de dólares.
Los resultados hechos públicos hoy por Nike también demuestran que la moda ha sido una de las fortalezas de la marca, ya que la suspensión de todas las competiciones ha golpeado sobre todo a la venta de producto técnico. El negocio mayorista asociado al athleisure sólo bajó un 1% (12.285 millones de dólares) y el de Jordan Brand, donde hay un alto componente de cultura urbana, incluso se disparó un 15% interanual, hasta 3.609 millones de dólares.
Por el contrario, las ventas de la división de baloncesto bajaron un 6% (1.508 millones de dólares), la categoría de running retrocedió un 15% (3.830 millones de dólares) y la de training lo hizo un 14% (2.688 millones de dólares). La facturación de la unidad de fútbol, golpeada por el aplazamiento de la Uefa Euro, cayó otro 17% y se situó en 1.575 millones de dólares.