Nike crece en volumen de negocio pero recorta sus márgenes de beneficio. La marca estadounidense ha cerrado los nueve primeros meses de su ejercicio fiscal con una facturación de 38.392 millones de dólares (35.716 millones de euros), un 11% más interanual. Por otro lado, el beneficio neto de la marca del swoosh hasta febrero se situó en 4.039 millones de dólares (3.757 millones de euros), un descenso del 12% respecto al mismo periodo del año anterior.
¿El motivo? Por un lado, las rebajas aplicadas en los precios para liquidar el elevado excedente de inventario que tenía la compañía, que reforzó el stock disponible en almacén ante el temor de la guerra de Ucrania y posibles rebrotes de coronavirus. Es un problema que también está afectando a otras compañías del sector. “Hemos logrado un gran progreso en el inventario a medida que hemos ido posicionando Nike hacia un crecimiento sostenible y más rentable”, ha destacado Matthew Friend, vicepresidente ejecutivo y director financiero de Nike.
Por otro lado, la compañía ha registrado un notable incremento del 11% en los gastos de venta y administración, que se dispararon hasta 12.003 millones de dólares (11.166 millones de euros). Otros gastos generales operativos se han elevado un 13%, hasta 9.035 millones de dólares (8.405 millones de euros).
En cuanto a los resultados del tercer trimestre, el distribuidor de moda y equipamiento deportivo aumentó su cifra de negocio hasta 12.390 millones de dólares (11.526 millones de euros), un 14% más interanual. A pesar de ello, las ganancias de la compañía se vieron recortadas respecto al ejercicio anterior, con una caída de un 11% hasta 1.240 millones de dólares (1.153 millones de euros).
La venta directa al consumidor creció un 17%. Su facturación en el tercer trimestre fue de 5.300 millones de dólares (4.930 millones de euros). Las ventas digitales entre los nueve primeros meses aumentaron un 20%, mientras que las tiendas propias de Nike lo hicieron un 12%.
En cuanto a la evolución por mercados, destaca el retroceso en ventas que Nike sigue experimentando en China, otro factor que explica la reducción del margen de la empresa. La compañía facturó 4.099 millones de dólares (3.813 millones de euros) en el gigante asiático, un descenso interanual del 9%. Por el contrario, la actividad en Europa, Oriente Medio y África creció un 9%, hasta 10.068 millones de dólares (9.366 millones de euros).
Sin embargo, es el mercado de Norteamérica el que sigue liderando las ventas de la compañía con una facturación de 16.253 millones de dólares (15.120 millones de euros), un 23% más interanual. La cifra de negocio de esta región representa actualmente un 42,3% sobre el total del grupo estadounidense, un porcentaje que ha crecido en casi cuatro puntos porcentuales respecto al año anterior, cuando significaba un 38,4%.
Por categoría de producto, las zapatillas deportivas continuaron siendo la palanca de movimiento de Nike, con una facturación de 24.588 millones de dólares (22.874 millones de euros) en los nueve primeros meses del ejercicio. Esta cantidad representa un 64% de las ventas totales de la marca del swoosh. Le sigue por orden de facturación el textil con 10.609 millones de dólares (9.869 millones de euros) y el equipamiento con 1.297 millones de dólares (1.206 millones de euros).
“Los sólidos resultados logrados en el tercer trimestre demuestran el éxito de nuestra estrategia de aceleración hacia el Direct to Consumer. Impulsados por la innovación de productos convincentes, relaciones profundas con los consumidores y una ventaja digital, nos permite navegar por encima de la volatilidad a medida que creamos valor e impulsamos el crecimiento a largo plazo”, ha destacado John Donahoe, director ejecutivo de Nike.
