New Balance no ha logrado capitalizar el boom del running tras el primer confinamiento mundial, a diferencia de otras marcas especialistas como Brooks o Hoka One One. La compañía estadounidense ha experimentado una caída en las ventas del 17% interanual, según ha explicado Joe Preston, consejero delegado, en un acto virtual de Coresight Research.
Preston no indicó la cifra de negocio de New Balance. Sin embargo, Rob DeMartini, su predecesor en el cargo, sí había desvelado que las ventas de la marca se situaron en torno a 4.000 millones de dólares (3.300 millones de euros) en 2019. Es decir, la Covid-19 se habría comido en torno a 700 millones de dólares en 2020, situando sus ingresos cerca de 3.300 millones de dólares (2.750 millones de euros).
DeMartini también se había marcado como objetivo alcanzar una facturación de 7.000 millones de dólares en 2023, una meta que Preston no descarta, pero sí pone en cuarentena. El actual consejero delegado afirmó que espera que las ventas “estén entre 7.000 y 10.000 millones de dólares en los próximos años”. “Estamos trabajando en definir las fechas, pero creemos que hay una curva de crecimiento nunca antes vista”, añadió.
Pese a estancar las ventas en running, New Balance logró potenciar la venta online, que ya representa el 50% de su facturación a través de los canales propios y de terceros. “Al final, lo que intentamos es encontrar al consumidor justo donde quiere estar”, señaló Preston, quien considera que tras la pandemia “somos una nueva compañía”.