Mizuno vuelve a esquivar las pérdidas, aunque no recupera la rentabilidad. La compañía japonesa, especializada en la fabricación y distribución de artículos deportivos, ha cerrado los nueve primeros meses de su ejercicio fiscal con un beneficio neto de 1.900 millones de yenes (15 millones de euros), un 39,6% menos que en el mismo período del año anterior.
La facturación de Mizuno también se contrajo, aunque a menor ritmo. Las ventas de la compañía se situaron en 106.700 millones de yenes (840 millones de euros), una caída del 13% interanual entre abril y diciembre. El calzado deportivo, que hasta ahora era su principal línea de negocio, ha sido la categoría que más se ha resentido e, incluso, ha vuelto a ser superada por el textil.
La venta de zapatillas cayó un 20% interanual, hasta 29.200 millones de yenes (230 millones de euros), mientras que el textil facturó 34.700 millones de yenes (273 millones de euros), sólo un 2,5% menos interanual. Los ingresos derivados del equipamiento deportivo se situaron en 24.800 millones de yenes (195,2 millones de euros), un 6,4% menos.
Por territorios, Japón aún aporta el 68,5% de las ventas totales, y también ha sido el mercado que más ha acusado el golpe de la pandemia. La facturación de Mizuno el país nipón fue de 72.600 millones de yenes (571,4 millones de euros), un 12,5% menos interanual.
Una caída similar se ha registrado tanto en todo el continente americano como en Europa, África y Oriente Medio (Emea). En América la marca japonesa facturó 13.700 millones de yenes (107,8 millones de euros), mientras que en el Viejo Continente los ingresos se situaron en 10.100 millones de yenes (79,5 millones de euros).