Lululemon, más grande pero menos rentable. La compañía canadiense especializada en la fabricación y distribución de artículos deportivos ha cerrado el último ejercicio fiscal con una facturación de 4.401 millones de dólares (3.750 millones de euros), un incremento interanual del 11%. Su beneficio neto, sin embargo, se contrajo un 8,7%, hasta 588,9 millones de dólares (501,6 millones de euros).
“Nuestro crecimiento demuestra la fortaleza de Lululemon antes, durante y después de la pandemia y sólo estamos en la fase inicial de nuestro despegue”, ha subrayado Calvin McDonald, consejero delegado de la marca canadiense.
La venta directa al consumidor se disparó en 2020 como consecuencia de la pandemia y ya copa un 52% de la facturación total. El año pasado la venta a través de los canales propios de Lululemon era del 29% de los ingresos totales, aunque no se ha especificado la aportación de cada línea de negocio, productos ni se desglosa por territorios.
Por otro lado, el grupo cuenta con una posición de caja de 1.200 millones de dólares (1.022 millones de euros), la mayor parte contraída a través de una línea de crédito revolving. De cara a 2021, la previsión es que su facturación se sitúe entre 5.550 millones y 5.650 millones de dólares (4.730 millones y 4.813 millones de euros).