El sector de las bicicletas eléctricas sigue ganando terreno en España. Crow Bicycles surgió hace un año a través de una campaña de crowdfunding con el objetivo de capitalizar el boom del ciclismo tras el confinamiento y, tras un año de puesta a punto en el que han diseñado su estrategia de venta directa al consumidor y posicionamiento de marca, en 2022 se pondrá oficialmente a la venta el producto. Para ello se ha fijado un presupuesto de un millón de euros.
Al frente del proyecto está David Toledo, fundador y director general, quien explica a 2Playbook que “la idea era alejarse de la bici muscular que cuando lo usas con frecuencia tiene muchas limitaciones. Vimos que había un hueco en el mercado que es el de las bicis eléctricas ligeras y lo aprovechamos”.
Toledo fue director en España y Portugal de Canyon Bicycles durante 14 años además de vicepresidente y miembro de la Junta Directiva de la Asociación de Marcas de Bicicletas de España (Ambe). A ello hay que sumarle que han fichado en Red Bull a su nuevo socio inversor para la dirección de marketing, Guillermo Losa.
Desde Crow apuntan a previsiones para aumentar su plantilla en 2022 de los actuales cinco empleados a los 10 o 15, si se cumplen sus perspectivas de crecimiento. Para el 2023 esperan poner en marcha sus primeros eventos específicos de la marca con la colaboración de personas del mundo del deporte y otras personalidades que puedan explicar su experiencia con el producto.
La compañía apostará por un modelo de venta al consumidor, que Toledo asegura que es “imbatible”. “Creemos en la agilidad y flexibilidad de los negocios. Ese modelo de contacto directo con el público es estratégico”, asegura Toledo. En cuanto a la financiación, Crow cerró a principios de abril una ronda de 300.000 euros, que se destinarán al desarrollo de sus productos, tecnologías y servicios.
Esta operación fue liderada por una empresa de servicios con participación en el sector del ciclismo, cuya identidad no ha trascendido, ni tampoco la del resto de inversores. Aun así, Toledo indica que la venta a través de plataformas de crowfunding no ha alcanzado las expectativas y de ahí el cambio de estrategia hacia un modelo DTC.
Finalmente, tras iniciarse con modelos eléctricos de gravel, entrará en modelos de montaña. “El gravel es un producto emergente que nadie comercializa en estos momentos”, afirma Toledo. En el mes de mayo lanzará su ecommerce y en la hoja de ruta está abrir nuevas gamas urbanas o de carretera, además de trabajar en su propia patente de producto.
Para asegurar una buena implantación del producto, el fabricante español también ha optado por trabajar junto a empresas de distribución que posean un stock regional con el objetivo de aterrizar la marca y lograr una primera experiencia de uso generalizado. De este modo, la empresa, con sede en Madrid, apuesta por la producción europea, colaborando con proveedores regionales.