El sector de la bicicleta se prepara para un año de “resaca”. Tras crecer un 40% en el primer año de pandemia, la industria vivirá un periodo de estabilización durante este 2022, ha pronosticado Xavier Pladellorens, director general y cofundador de Deporvillage, en un encuentro promovido por la Asociación de Marcas de Bicicletas de España (Ambe) para tratar las tendencias y retos del sector para el recién iniciado ejercicio.
“Ha habido una falta de suministro muy importante en 2021, y es probable que, cuando este cuello de botella se desatasque, luego inunde el mercado”, ha apuntado el empresario. Al respecto, la representante aduanera Ana Artajo ha vaticinado que “no tendremos grandes cambios” en referencia al necesario aumento de espacio y tiempos de tránsito en la logística. Prevé una “posible bajada de los fletes para el segundo semestre”, pero no lo suficiente como para que los precios vuelvan a niveles precoronavirus: “Será clave un buen planning previo para poder cargar y tener un buen stock en España”.
La realidad es que, tras el parón drástico de la actividad naviera a causa del inicio de la pandemia, los precios de los contenedores y los envíos se han disparado -“los fletes se han multiplicado fácilmente por cuatro”, ha apuntado Artajo-, lo que ha obligado a las marcas a encarecer el precio de las bicicletas. Este exceso de demanda sobre la oferta es “muy rentable” para las navieras, así que no se prevé que hasta 2023, con nuevos buques en el agua, puedan rebajarse los costes.
Este escenario tiene su parte buena para los intereses de la industria ciclista en España. Y es que las grandes marcas están apostando por incrementar su producción en Europa. “Es una oportunidad para el sector”, ha destacado Luis Miguel Del Cerro García, director de las publicaciones sectoriales MTB Pro y Maillot Magazine. El experto, además, cree que el aumento de empleos que atraerá para la industria, que da 25.000 empleos directos en España -datos de 2020 de Ambe-, le permitirá tener la “posibilidad de influir a nivel político”.
“El sector automovilístico siempre lo ha usado”, ha agregado Manuel Marsilio, director general de Conebi (Confederación de la Industria Ciclista Europea), apoyando esta posición. El representante internacional ha insistido en que el bike boom tras la Covid no es una burbuja, sino “un cambio estructural”.
Del Cerro ha concretado cuáles son algunos de esos avances, que ha calificado de “reestructuración de todo el sector”. Entre los puntos que prevé se aceleren este 2022 se encuentran la apuesta de las marcas de abrir oficinas propias en ciertos países, en lugar de delegar la distribución, la compra de tiendas de bicicletas por parte de concesionarios de coches y motos, o la venta directa online por parte de grandes grupos. Y ha puesto el ejemplo de Specialized, que ya ha empezado con su estrategia de direct to consumer (DTC, por sus siglas en inglés) en Estados Unidos.
“Las marcas están valorando que el canal online sea uno más dentro de su canal de distribución”, ha agregado Pladellorens, que ha reconocido que desde Deporvillage ya están hablando con varias marcas. Sucederá, “como pasó con el retail”, y ha recordado que el mundo de la bicicleta ha sido el último en llegar al online dentro del sector ciclista. Prevé, como ya oferta Specialized, tres formatos de venta: 100% online, 100% offline y una tercera, compra online, con recogida en tienda.
Asimismo, el sector prevé que puedan realizarse nuevas operaciones corporativas que potencien la formación de grandes corporaciones, apoyados en fondos, como ya ha sucedido con Canyon, comprada por la firma belga GBL por 800 millones de euros, o Accell -dueña de Lapierre-, adquirida por KKR por 1.560 millones.
Movilidad urbana y e-bikes: “Apuesta obligada”
“Los nuevos clientes vienen con niveles de exigencia distintos y quizá hasta mayores”, ha destacado Del Cerro. Entre ese nuevo perfil de demandante está el de las bicicletas eléctricas. Las conocidas ya como e-bikes, con un gran crecimiento durante la pandemia, se fabrica en la Unión Europa -el 80% de las ventas en la región en 2020 fueron de vehículos made in Europe-, y son parte fundamental del incremento del uso de la bicicleta como transporte urbano.
José Luis Pardo, coordinador del grupo de trabajo de formación de Ambe, ha apuntado que “son tendencias previas ya vistas pero que iban a un ritmo lento”. Para el experto, 2022 será “sin duda, un año de cambios”.
Entre los retos y peticiones que han efectuado todos los ponentes destaca la apuesta pública por la movilidad urbana. “En los últimos años se han incorporado cientos de miles de aficionados al mundo de la bicicleta”, ha recordado Jesús Freire, secretario general de Ambe.
“Tengo la sensación de que se nos pasa el arroz con el ciclismo urbano. Veo proyectos fuera, y tenemos una última oportunidad que son los fondos de la Unión Europea. Son fondos para cambiar las cosas, y un cambio sustancial puede ser la bicicleta”, ha comentado Del Cerro.
Le ha respondido Marsillo, como representante del sector europeo, que ha recordado que “ahora el segundo coche en una casa de gente joven es una e-bike”. Y ha solicitado a la política “hacer este cambio generacional”. “La bici urbana tiene un share bajísimo comparando con la bici deportiva”, ha sentenciado Pladellorens. Ahí tiene, entre otros, un reto “con mucho potencial” -explicaba recientemente Freire a 2Playbook- el sector alcista de la bicicleta.