Le Coq Sportif reordena su red de retail en España. La marca francesa dedicada a la fabricación y distribución de artículos deportivos ha optado por echar el cierre temporal a una de sus dos únicas flagships en el país: la que se ubicaba en la calle Boters (Barcelona), próxima a la zona de Portal d l’Àngel, una de las principales zonas comerciales de la ciudad.
Abierto en 2012, el establecimiento ha permanecido cerrado desde en estallido de la pandemia con el objetivo de reformarlo y adaptarlo a la nueva imagen de retail de la marca gala. Según la empresa, el objetivo es reabrirla a medio plazo, y no el de bajar la persiana definitivamente, como había publicado 2Playbook ayer. La empresa no tiene un plazo fijo sobre cuándo reabrirá la tienda, toda vez que ya se han suprimido la mayoría de restricciones al comercio pero el turismo aún no se ha reactivado por completo.
La compañía francesa sí que mantiene abierta su otra flagship en Barcelona, ubicada en el número 113 de Rambla Catalunya. Esta será ahora su única tienda a pie de calle, a las que se añaden otras dos en los centros comerciales The Style Outlets de Las Rozas (Madrid) y Viladecans (Barcelona).
Los tres son ubicaciones estratégicas donde competir con las principales marcas del sector de la moda y el deporte y complementan los más de 500 puntos de venta donde Le Coq Sportif tiene presencia en el mercado español. La apuesta por el retail propio, de hecho, nunca ha sido una prioridad para la marca francesa y se centra sólo en este tipo de ubicaciones premium.
Le Coq Sportif gestiona tres tiendas monomarca en España, dos en formato outlet
Ahora bien, aunque siempre ha priorizado el multimarca, en apenas tres años ha recortado su presencia en 200 puntos de venta. Es una tendencia que han seguido el resto de grandes marcas del sector del athleisure para mejorar su posicionamiento de marca y destacar a los detallistas que ofrecen un mayor cuidado de la misma.
El negocio de Le Coq Sportif en la Península Ibérica llegó a superar los 14 millones de euros, aunque ya antes de la pandemia sus ventas iban a la baja. En 2019 la filial facturó 10,4 millones de euros, según las últimas cuentas depositadas en el Registro Mercantil, un 21% menos que los dos años anteriores.
La compañía ha admitido que el golpe de la Covid-19 estaría en torno al 30%. De cumplirse, su cifra de negocio estaría en torno a 7 millones de euros, un 50% menos que en 2018. Para cubrir posibles contingencias, solicitó un crédito ICO de 300.000 euros, que se suma a los préstamos concedidos por Banco Sabadell por 200.000 euros, que caduca en octubre de este año, y otro de esta misma entidad por 100.000 euros que vence en 2024. Le Coq Sportif arrastraba una deuda de 5,73 millones de euros hasta 2019, aunque la mayor parte era con empresas del mismo grupo.
En cuanto a su rentabilidad, la filial ibérica ha atravesado diferentes momentos. Si bien se anotó un beneficio neto de casi 400.000 euros en 2018, en 2019 entró en números rojos de 304 euros. Todo ello después de lograr que la matriz le condonara un préstamo participativo de 4,15 millones de euros para aliviar su tesorería y compensar pérdidas acumuladas de ejercicios anteriores, según figura en la memoria.
El grupo confía en remontar a corto y medio plazo, y a nivel global ha trazado una fuerte ofensiva para aprovechar el efecto de los Juegos Olímpicos de París 2024. A escala global la situación era distinta. Airesis, matriz suiza de la que pende Le Coq Sportif, registró un aumento de las ventas del 6,9% en 2019, hasta 132 millones de euros. Eso sí, volvió a cerrar el año en números rojos, que se mantuvieron en 2020 tras la pandemia, aunque no se ha indicado a cuánto ascienden ni cómo impactó sobre su cifra de negocio.