Luz verde definitiva a la fusión entre Callaway y Topgolf. La operación aún estaba pendiente del voto en el consejo de administración de ambas compañías, y ambos han votado de forma favorable a la operación. De esta forma, Callaway pasará a ser el accionista mayoritario de Topgolf con el 51,3% de las acciones.
El fabricante y distribuidor de artículos de golf ya era uno de los principales socios capitalistas de Topgolf con el 13% de los títulos. Pese al impacto de la Covid-19, el grupo prevé alcanzar una facturación de 3.200 millones de dólares en 2022 (2.707 millones de euros), con un crecimiento anual del 10%. Para entonces, se prevé que el ebitda del grupo alcance los 360 millones de dólares (304,6 millones de euros).
El nuevo consejo estará compuesto por trece miembros, tres de ellos accionistas de Topgolf. Chip Brewer continuará al frente del grupo como presidente y consejero delegado, mientras que Dolf Berle, su homólogo en Topgolf, seguirá encargándose de dirigir esta pata del negocio temporalmente, aunque en unos meses presentará su renuncia, según indica la compañía.
John Lundgren continuará al frente como presidente del consejo y Erik Anderson ejercerá como vicepresidente. La sede central de la compañía estará en Carlsbad (California), mientras que Topgolf mantendrá su cuartel general en Dallas (Texas), por ahora.
Callaway cerró el ejercicio fiscal de 2020 con una facturación de 1.589 millones de dólares (1.310 millones de euros), un 7% menos. La compañía entró en pérdidas de 127 millones de dólares (104,7 millones de euros), que contrastan con el beneficio neto de 79 millones de dólares (65 millones de euros) obtenido en 2019.