Brooks sigue creciendo tras la pandemia y supera la crisis de suministro. La marca estadounidense especializada en la fabricación y distribución de artículos de running ha cerrado 2022 con una facturación de alrededor de 1.200 millones de dólares (1.125 millones de euros), un aumento del 6% interanual pese a sufrir en el primer semestre las consecuencias de la crisis de suministros.
La marca es propiedad del holding Berkshire Hathaway, controlado por Warren Buffet, que también tiene en su cartera otras firmas como Russell Athletic y Spalding. Por ahora, se desconoce tanto el beneficio neto obtenido por Brooks como la facturación del resto de marcas deportivas del grupo.
El crecimiento de Brooks se explica principalmente por el auge de las ventas directas al consumidor, que han crecido un 16% interanual. La compañía norteamericana, que concentra la mayoría de sus ventas en Estados Unidos, ha aumentado su cifra de negocio en todos los mercados. La región que más crece es Asia Pacífico y América Latina con un alza del 33%, mientras que Australia y China lo hacen un 24% y un 21%, respectivamente. Por su parte, en Europa, Medio Oriente y África ha aumentado sus ingresos un 15%.
Además, la marca incrementó su presencia internacional con el lanzamiento de ecommerce en seis países nuevos e instaló nuevos centros de distribución en Estados Unidos y Reino Unido. Los datos del cuarto trimestre, con un incremento en ventas del 26%, han permitido compensar las cifras obtenidas durante un primer semestre que estuvo afectado por los problemas de la crisis de suministros.
“El futuro nunca ha sido más brillante para el funcionamiento de alto rendimiento”, ha declarado Jim Weber, consejero delegado de Brooks. “Esperamos presentar Brooks a más corredores este año, brindándoles el ajuste, el rendimiento y la experiencia premium que desean de su equipo”, ha añadido. Desde la llegada del directivo a la compañía, Brooks se ha centrado en el running de élite y los ingresos se han duplicado.