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Cuando en su programa de legislatura un gobierno apuesta por el deporte, está creando oportunidades para atraer inversión privada y fomentar la innovación.

La inversión en el deporte por parte de los gobiernos locales fue uno de los principales símbolos de la modernización de la democracia de España. Hoy, cuando las mayoría de las corporaciones están poniendo en marcha sus presupuestos del nuevo año, ojalá en los distintos niveles de la administración, siga siéndo una prioridad.

Cierto es, que por otras razones que las que llevó inicialmente a invertir en deporte: por ejemplo, que en este momento es una de las principales palancas para promover un estilo de vida saludable, además de transformarse en un pilar fundamental para el desarrollo integral de una ciudad. Cuando en su programa de legislatura un gobierno apuesta por el deporte, está creando oportunidades para atraer inversión privada y fomentar la innovación. Las ciudades que son conocidas por sus instalaciones deportivas de calidad y por albergar eventos deportivos importantes suelen ver un aumento en la atención de inversores y en el turismo, lo que a su vez impulsa la economía local.

El deporte, en sus diversas formas, no solo es un indicador de fortaleza de la infraestructura social y económica, sino que también refuerza el sentido de pertenencia y comunidad entre sus habitantes. Las instalaciones deportivas y los eventos ofrecen un espacio para que los ciudadanos se reúnan, compartan y se identifiquen con su ciudad, creando un vínculo emocional que puede ser tan valioso como el desarrollo económico.

“El deporte no solo es un indicador de fortaleza de la infraestructura social y económica, sino que también refuerza el sentido de pertenencia y comunidad”

Como decía el filósofo y sociólogo alemán Max Weber: “La vida social, como la entendemos, no existe sin las instituciones que la estructuran”. Esto enfatiza la importancia de las instituciones, incluidas las deportivas, en la formación de identidades colectivas y en el fortalecimiento de la cohesión social.

De forma complementaria merece la pena recordar el estudio de la UNESCO titulado La economía del deporte: el caso de los eventos deportivos internacionales publicado en 2020, que revela que las ciudades que albergan eventos deportivos internacionales pueden esperar un retorno de inversión de hasta el 200% en términos de turismo y desarrollo económico. O lo que refleja el informe del Consejo Económico Europeo, que destaca que la promoción de la actividad física puede reducir los costos de atención médica en más de un 20%, al disminuir la incidencia de enfermedades crónicas relacionadas con el sedentarismo. Estos datos subrayan el impacto significativo que el deporte puede tener en la economía local y en la salud pública.

La promoción del deporte también tiene un impacto positivo en el bienestar social.

Fomentar actividades deportivas para todas las edades y niveles ayuda a construir una sociedad más inclusiva y diversa, donde todos se sientan valorados y participan activamente. Una ciudad que invierte en deporte potencia sus posibilidades de convertirse en un centro de innovación, ya que el ámbito deportivo participa y tracciona el desarrollo de nuevas tecnologías y programas novedosos que benefician a la comunidad.

En este sentido, no es solo una cuestión de competir en el ámbito deportivo, sino de utilizar esas competencias como un medio para mejorar la calidad de vida de sus ciudadanos y proyectar una imagen atractiva y sostenible.
Feliz año y buen compromiso!

En resumen, la apuesta por el deporte desde una perspectiva local no solo aporta beneficios económicos y fomenta un fuerte sentido de comunidad y pertenencia: también es un gran inductor en la construcción de una narrativa positiva que puede resultar fundamental en la definición del futuro de la ciudad.

 

Alfonso Arroyo es director general de la plataforma España Deporte y adjunto a la presidencia de GO fit.

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