La integración de conciertos en instalaciones deportivas, especialmente arenas y estadios, no solo maximiza el uso de estos espacios, sino que también genera ingresos sustanciales tanto para los artistas como para los propietarios de las instalaciones.
En el dinámico mundo del deporte, la relación simbiótica entre entretenimiento y deporte ha emergido como una fuente de ingresos fundamental. Un ejemplo sobresaliente de esta sinergia es la exitosa integración de conciertos en instalaciones deportivas, especialmente arenas y estadios. Este modelo no solo maximiza el uso de estos espacios, sino que también genera ingresos sustanciales tanto para los artistas como para los propietarios de las instalaciones.
El caso de Karol G en el Santiago Bernabéu
Un caso notable es el de Karol G, quien marcó un hito con sus cuatro presentaciones en el recién renovado estadio Santiago Bernabéu, propiedad del Real Madrid. Con una capacidad estimada de 65.000 asistentes por evento en modo concierto, estos eventos no solo atrajeron a una multitud masiva de más de 250.000 personas en cuatro días, sino que también resultaron en ingresos significativos. La estructura financiera de este tipo de eventos revela el potencial económico de tales colaboraciones. Según reportes, el Real Madrid recibió aproximadamente 18 millones de euros por arrendar el estadio, que estimo en el 30-35% de los ingresos de entrada. El cálculo rápido se basa en un tiquet medio de 200 euros (aunque todo indica que es mayor, sobre todo sumando mayores capacidades en zona VIP, merchandising, y alimentos y bebidas), lo que subraya la extrema rentabilidad de albergar conciertos en instalaciones deportivas.
Karol G y su promotores -entre ellos Live Nation-, encontraron en el Estadio Santiago Bernabéu más de la mitad de todo el aforo y los ingresos cosechados en su gira europea, que fue de aproximadamente medio millón de personas, con la ventaja de que se limita mucho el impacto de los costes de producción al hacer cuatro actuaciones en la misma ciudad, en días consecutivos.
Como detalle curioso, la operación de promoción europea de la gira de Karol G comenzó con una colaboración con el otro gigante del fútbol español, el FC Barcelona. En primavera, la cantante lanzó una línea de merchandising en colaboración con el club, a través del acuerdo de este con Spotify. Esta edición limitada incluyó 1,899 camisetas de aficionados y 22 camisetas de jugadores usadas en partido y firmadas (11 del equipo masculino y 11 del femenino), generando aproximadamente 800.000 euros en ventas para el Barça. Este lanzamiento no solo fortaleció la marca de Karol G, sino que también ejemplificó cómo las estrellas del entretenimiento pueden capitalizar el valor de marca de los grandes clubes deportivos.
Las Dos Caras de la Moneda: Roig Arena (Valencia), Mediolanum Forum (Milán) y el Uber Arena (Berlín)
Un ejemplo positivo adicional es el Roig Arena en Valencia, España, que está siendo diseñado como una arena multipropósito privada, propiedad de los dueños del Valencia Basket. Este enfoque otorga al grupo propietario un potencial de generación de ingresos más diverso, sumergiéndose completamente en la industria del deporte y el entretenimiento. El Roig Arena, con una capacidad de hasta 18.600 espectadores para conciertos y 15.600 para partidos de baloncesto, no solo servirá como sede para el Valencia Basket, sino que también se convertirá en un centro cultural y de entretenimiento en la ciudad. Este proyecto tiene como objetivo llenar un vacío en el mercado regional de entretenimiento, ofreciendo un espacio cubierto amplio y una variedad de ofertas comerciales para todos los públicos. La inversión de más de 280 millones de euros busca no solo generar ingresos, sino también impulsar la economía local mediante el aumento del turismo y la creación de empleos. Se espera que el Roig Arena atraiga a numerosos eventos deportivos, culturales y corporativos, convirtiéndose en un punto focal de la actividad social en Valencia.
En contraste, el EA7 Emporio Armani Milan que es inquilino en el Mediolanum Forum en Milán, y el Alba Berlín inquilino del Uber Arena (antiguamente Mercedes-Benz Arena) en Berlín, enfrentan una desventaja significativa. Al no ser propietarios de las arenas, los ingresos generados por los conciertos y otros eventos van directamente a los promotores y los propietarios u operadores del recinto, reduciendo la proporción de beneficios directos que los equipos pueden obtener de estos eventos en recintos en los cuales son referencia. Esta comparación resalta la ventaja que tiene ser propietario del recinto, como en el caso del Roig Arena. La capacidad de captar una mayor proporción de los ingresos generados por eventos no deportivos permite a la propiedad del club diversificar y maximizar sus fuentes de ingresos, a diferencia de los equipos que no son dueños de sus recintos y que, incluso, deben pagar a precio de oro a los propietarios y operadores de las arenas por las fechas que necesitan para sus competiciones.
La multifuncionalidad de los estadios modernos
El uso multifuncional de los estadios modernos representa una fuente de ingresos no deportivos sin precedentes. Los clubes de fútbol, con su infraestructura avanzada y su capacidad de atraer grandes multitudes, están perfectamente posicionados para aprovechar esta tendencia. Los conciertos en vivo no solo llenan los asientos en días no laborables, sino que también fomentan el turismo y el consumo local, beneficiando a la economía circundante.
Conclusión
El valor de marca de los grandes clubes es innegable y ofrece oportunidades de promoción e ingresos al alcance de pocos. Sin embargo, la clave del éxito reside en la capacidad de adaptar las instalaciones a la multifuncionalidad, convirtiéndolas en epicentros de actividad cultural y de entretenimiento. Este enfoque no solo maximiza el retorno de inversión en infraestructura, sino que también asegura una fuente constante de ingresos, independientemente del calendario deportivo. El caso de Karol G y el Santiago Bernabéu es un claro ejemplo de cómo el entretenimiento en directo puede complementar y potenciar el negocio del deporte, creando un ecosistema próspero para todos los involucrados.
Rayde Luis Baez
Fundador de The Connect y Co-fundafor de SPORTHINK