Maria Teixidor conoce bien lo que es profesionalizar el fútbol femenino. Fue una figura clave en el auge del Barça femenino, como directiva y responsable de la sección entre 2015 y 2020. Abogada y empresaria, la ejecutiva presenta precandidatura junto a Reyes Bellver.
Para su proyecto han logrado el apoyo del fondo Muse Capital y de la start up deportiva Gloria Football, que están dispuestos a inyectar hasta 50 millones de euros en la competición. La segunda compañía aportaría 10 millones del total para hacerse con el naming de una liga que, sin presidenta ni directiva, tiene todavía pendiente sacar al mercado los derechos audiovisuales.
¿Cuáles son las claves de la precandidatura?
En términos empresariales, estamos delante de una start up que necesita articular todo lo que requiere una liga profesional para dar todo lo que puede dar. Estamos ante un momento crucial para sentar buenas bases de una competición autónoma, con identidad propia y que pueda alcanzar todo el potencial de crecimiento que requiere.
¿Y qué se necesita para ello?
Mucha dedicación de profesionales que encaren este reto con la singularidad que el fútbol femenino necesita. No puedes aplicar lo hecho en el masculino, hay que darle una mirada nueva: apasionante, pero llena de retos. Tenemos una competición muy desigual y habrá que centrarse en ir nivelando realidades.
¿Cómo quieren apoyar a los clubes independientes?
Reconociendo su singularidad. Han construido proyectos que están ahí, y tienen que seguir teniendo un proyecto. Necesitan de esta mirada distinta que tienen para permitirles dar un paso adelante y poder continuar en el mejor fútbol femenino. Ahí tenemos que ver que si el apoyo que va a recibir del Gobierno les va a permitir dar ese paso adelante.
“En el fútbol femenino no puedes aplicar lo hecho en el masculino, hay que darle una mirada nueva”
¿Retos de la liga ya profesional?
Primero, hay que darle visibilidad. Este año no se han podido seguir todos los partidos. Luego hay otros, menos visibles, que tiene que ver con la estructura de los clubes y su trabajo con las jugadoras: entrenamientos, metodología, fútbol base… Hay que realizar un trabajo de colaboración con todos ellos para construir el ecosistema. Y después, también hay un punto muy importante: la salud de la mujer y el deporte. No estamos entrenando igual las mujeres que los hombres porque se las han infradotado de recursos. Hay que lograr esos recursos.
Un primer hito en este proceso de profesionalización fue el naming de Iberdrola. ¿Ahora cuál ha de ser el gran impulso para la competición?
Hay que ser conscientes de dónde aterrizaremos. Una competición que el Gobierno dotará económicamente (31 millones de euros) durante las tres primeras temporadas. Esto es una buena voluntad para que la liga se pueda consolidar. Son los recursos que necesitan los clubes para que puedan crecer y preparar el verdadero plan de negocio que marquen los hitos a conseguir. Y para que esto se pueda conseguir con garantías, hay que empezar a trabajar desde el día 1. Hay un conjunto de palancas que hay que articular correctamente. En la temporada cuatro, la liga necesita generar recursos para ser sostenible.
En este sentido, presentaste una alianza con Muse Capital para inyectar 40 millones. ¿Con qué objetivos?
Por eso nos presentamos preparadas, de la mano de este fondo de inversión que nos va a ayudar. Es un fondo de impacto social, que busca rentabilidad económica pero también otros resultados a nivel de transformación, dando oportunidades a mujeres. Hablamos de futbolistas, pero también del staff, de la gobernanza y de un estilo de desarrollo de negocios asociados a la competición que empoderen a mujeres. En colaboración con los hombres, claro.
¿Sería un acuerdo estilo LaLiga-CVC?
No necesariamente. Como decía, es un fondo que también busca otras cosas, y el retorno puede ir asociado a diferentes activos que se van a generar con la competición. Enfocamos esta liga como una start up, una generación de oportunidades, que van desde la innovación más tecnológica a la más metodológica. Nos interesa que las personas que hay detrás del fondo son profesionales que conocen mucho el fútbol femenino –han invertido en los clubes Washington Spirit y el Angel City de EEUU–, con proyectos que ya han dado importantes pasos adelante.
“Tenemos que aspirar a lo mismo que han conseguido en Inglaterra o Estados Unidos”
Inglaterra ha firmado ya grandes y largos acuerdos en televisión y patrocinios. ¿Hay prisa?
Inglaterra ha conseguido este tipo de acuerdos, nosotras tenemos que aspirar a lo mismo. Y me fijo en Inglaterra, pero también miro a Estados Unidos. Que las valoraciones de los clubes vayan hacia arriba. Crecer muy rápido no debería ser un problema si el proyecto es sólido, y si se construye sobre unas bases sólidas. Esto no es una actividad social, sino como una start up a la que dotar de recursos. No se generan rendimientos el día 1, pero sí el día 3 si sigues un plan. Si no lo hacemos, estaremos perdiendo oportunidades y facilitando que se constituyen las ligas más potentes en nuestro entorno en un momento en el que el futbol femenino tiene interés.
Aquí será clave la unión de los clubes, ¿no?
Sí, pero los clubes creo que son conscientes de ello. El fútbol femenino merece abandonar cualquier lucha ajena para forjar cimientos con las particularidades de cada club. La oportunidad es demasiado buena como para anclarnos en esa pelea del pasado.
¿Qué mejoras verán las jugadoras?
Nos debemos a los clubes, pero también a ellas. Si hacemos una buena competición, las jugadoras también se beneficiarán. Somos conscientes de que hay un amplio margen de mejora en el convenio colectivo. Hay mucho que desarrollar en muchos aspectos, como la maternidad u otras. No podemos calcar un convenio masculino al femenino.