Andy Kohlberg conoce bien la industria del deporte. Ex tenista profesional, es uno de los inversores que acompaña a Robert Sarver en el RCD Mallorca, que adquirieron en 2015 con el objetivo claro de devolverlo a la élite. Acostumbrado a las videollamadas y la supervisión en remoto desde el otro lado del Atlántico, el presidente del club anda estos días por Palma con una agenda de todo menos tranquila: reuniones con el área de negocio, con la parcela deportiva, patrocinadores, instituciones… “Nuestra misión es a largo plazo”, señala en entrevista con 2Playbook.
Con la última ampliación de capital, la inversión del grupo del que formas parte ya asciende a 45 millones de euros. ¿Es la mejor prueba de que vinieron para quedarse?
Es un ejemplo más, pero nuestro compromiso con el RCD Mallorca no sólo se puede medir por la inversión financiera, sino también por el conocimiento que estamos aportando. Había que crear una cultura ganadora de club, y para eso había que fichar a gente buena como la que hemos ido incorporando para gestionar el club. Para ser bueno deportivamente en el campo, primero tienes que tener esa cultura organizativa.
Antes del RCD Mallorca analizasteis otros clubes de LaLiga. ¿Qué hizo decantar la balanza?
Nuestra preferencia era tener al primer club de la ciudad en la que nos instaláramos, y en Valencia tenías dos equipos, en Madrid más de cuatro… el Mallorca era el equipo más importante de toda la isla. Palma es una buena ciudad, con un elemento turístico que te permite realizar acciones con el público VIP que normalmente no puedes hacer con otros clubes en España. Además, la isla tiene una marca conocida en todo el mundo como destino y eso ayuda.
En 2021 se cumplen cinco años desde vuestro desembarco en el club, ¿qué balance haces de la inversión?
¡Te tengo que admitir que hace cinco años era diez años más joven! La trayectoria del club ha sido una montaña rusa, con cinco cambios de categoría, pero eso no ha impedido que continuemos mejorando la ciudad deportiva, el estadio… Nuestro objetivo continúa siendo estar entre los diez primeros equipos de LaLiga, y eso no va a cambiar.
La nueva ampliación de capital cubrirá las pérdidas previstas, pero ¿en su hoja de ruta está también tener el estadio en propiedad?
El actual modelo de concesión funciona bien para nosotros; de hecho, en Phoenix tampoco controlamos el arena donde los Suns juegan sus partidos de NBA. Ahora mismo, comprar el estadio no es algo que esté entre nuestras prioridades.
¿Cuáles serán las próximas inversiones del Mallorca tras las ya acometidas?
Vamos a continuar invirtiendo en la academia y en los jóvenes jugadores. Necesitamos generar talento porque nunca vas a acertar el 100% de las decisiones sobre fichajes, y tener canteranos en el primer equipo siempre ayuda a la construcción de marca. Invertir en la academia es invertir en la marca del Mallorca.
El grupo que encabeza Sarver también tiene los Phoenix Suns de la NBA en cartera. ¿Cuáles son las mayores diferencias que ves en una competencia que te garantiza tu lugar y otra en la que puedes ser descendido?
Son modelos de gestión muy diferentes, pero ya no sólo por la incertidumbre de los descensos, sino que también el mercado de traspasos funciona de otra forma. La NBA se gestiona de forma muy distinta a LaLiga o la Premier League, pero hay cuestiones en las que sí podemos encontrar puntos compartidos, como el conocimiento en los ámbitos del marketing o el negocio. Lo que no vamos a intentar es crear un equipo en Mallorca como lo haríamos en Estados Unidos. Nuestro enfoque es el siguiente: miramos qué hemos aprendido en los Suns y vemos cómo podemos adaptarlo a la realidad del Mallorca, como por ejemplo la experiencia de los fans y los VIP.
¿Qué otras sinergias pueden explorarse entre las dos organizaciones?
Phoenix puede aprender de esa incertidumbre en términos de gestión, no sólo el Mallorca de lo que hacen los Suns. Hay muchas sinergias que pueden ser compartidas, como la implementación de una mentalidad que genere una cultura ganadora, válida para el fútbol o el baloncesto. Y eso, como decía, pasa por acertar en la contratación de las personas. Además, poco a poco vamos teniendo aficionados a los dos equipos, y creemos que con el tiempo se podrán vender más patrocinios.
¿El perfil inversor de la propiedad ayuda a captar más patrocinadores?
El hecho de que llevemos 16 años en los Phoenix Suns y el trabajo aquí da credibilidad a la propiedad, y eso siempre ayuda, pero no creo que sea la principal razón por la que vienen los patrocinadores. Una de las cosas que hemos aprendido de los Suns es a ofrecer distintas experiencias al aficionado, en función de su perfil, y tenemos que saber cómo atraer a los aficionados al fútbol que llegan a la isla, aunque no sean del Mallorca.
¿Tenéis mucha confianza depositada en el negocio adicional que puede traer el turismo o pensáis más en generar negocio fuera?
Nuestro foco está en Mallorca, no en el extranjero. Aquí hay mucho margen y oportunidades para generar alianzas con hoteles y turoperadores, con los que alcanzar acuerdos para atraer mucho más público al estadio y compartir ingresos.
Buena parte de tu tiempo lo pasas en Estados Unidos. ¿Qué percepción se tiene de LaLiga al otro lado del Atlántico?
El soccer está creciendo en interés entre los aficionados, pero hoy se conoce más la Premier League porque ha hecho un gran trabajo durante mucho más tiempo que el resto de ligas de fútbol. Pero LaLiga se nota que trabaja fuerte y bien para recuperar ese tiempo perdido y ahí es donde hay una oportunidad de futuro.
¿Es la razón por la que los inversores americanos siempre eligen clubes ingleses?
El hecho de que sean más conocidos puede influir, pero sí históricamente han ido a la Premier League es porque ahí es donde hasta ahora estaba el negocio, los clubes más valiosos y los mayores ingresos por televisión. Ahora hay muchas más firmas de inversión interesadas en invertir en el fútbol europeo, así que seguro que también crecerá la inversión americana en LaLiga.
En Europa los grandes clubes quieren replicar el modelo de EEUU. ¿Qué opinión te merece la Superliga?
No estoy a favor de cambios drásticos. Puedes tener equipos fijos o realizar algunos pequeños cambios, pero una ruptura unilateral no sería buena para el deporte en ningún caso. Hay cambios que hay que hacer, pero crear otra Superliga paralela no es bueno.