Las consecuencias del Covid-19 hacen mella en Wanda Sports. El holding chino, que en julio logró formalizar definitivamente la venta de Ironman, cerró el primer semestre de 2020 con una caída de ingresos del 50%, hasta 215,4 millones de euros. El retroceso entre abril y junio fue del 75% interanual.

El deterioro del negocio continúa afectando a su rentabilidad, pues el impacto de algunas desinversiones le han llevado a incurrir en unos gastos extraordinarios de 55,4 millones de euros, que explican que las pérdidas asciendan a 54,2 millones. De no ser por esto, el beneficio neto sería de 1,4 millones, muy por debajo de los 15,9 millones que logró en los primeros seis meses de 2019.

La línea de negocio que mejor resistió fue la de venta de derechos comerciales y audiovisuales de competiciones de terceros, pese a que sufrió una caída del 46%, hasta 178,1 millones de euros. La cancelación de todas las pruebas de participación masiva, como maratones, provocó un hundimiento del 94% de esta actividad, hasta 1,3 millones de euros.

Si bien las operaciones de Ironman explican parte de las pérdidas del primer semestre, Wanda confía en que su venta le permitirá avanzar en su plan de crecimiento. De entrada, es una operación valorada en 380 millones de dólares que dejará 208,7 millones de euros en caja que el consejo de administración ha decidido destinar a retribuir a los accionistas y lanzar nuevas iniciativas corporativas.