La televisión de pago continúa rompiendo barreras en España, aunque claramente el precio está siendo un elemento clave. El número de abonados a este tipo de plataformas se incrementó un 13,6% en 2020, superando por primera vez la barrera de los ocho millones de clientes. Es decir, un millón más de usuarios que antes de la pandemia, según datos relevados hoy por la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (Cnmc).
Eso sí, este boom del número de suscriptores no ha sido una tendencia general y se ha producido sobre todo por el boom de las plataformas OTT, en especial la irrupción de Disney+ justo antes de la pandemia. Sin ir más lejos, el líder del sector, Movistar+, ha perdido casi 160.000 abonados en un año, hasta 3,93 millones de accesos, siendo una de las plataformas más afectadas por el parón de las competiciones deportivas durante la pandemia.
Por el contrario, Vodafone continúa recogiendo los frutos de la estrategia que emprendió en 2017 de renunciar al fútbol para centrarse en cine y series. La teleco británica se dejó más de 100.000 clientes entonces, pero en 2019 y 2020 no ha dejado de crecer y cerró el último año con 1,61 millones de accesos, un 18% interanual más. Orange se mantiene estable con unos 674.000 clientes y Euskaltel sube un 3% interanual, hasta 454.601 accesos.
Sin embargo, el verdadero crecimiento se ha dado entre el resto de las plataformas, que en cuarentena se erigieron en la única opción de entretenimiento audiovisual disponible. Servicios como Disney+, Netflix, Amazon Prime o Dazn más que doblaron su base de clientes, alcanzado los 1,52 millones. Estos proveedores, que destacan por precios mensuales muy competitivas y sin permanencia, son las que explicarían la caída de los ingresos totales.
Movistar+, al margen de dominar prácticamente la mitad del mercado, también es la que más dinero obtiene por cada abonado. La plataforma de Telefónica facturó 1.594,65 millones de euros en 2020, con una media de 405,7 euros anuales por cliente, frente a los 273,9 euros anuales por usuario de Vodafone (184,6 millones en total) y los 321,4 euros de Orange (146,26 millones de euros).
Las cuotas a la televisión de pago retrocedieron un 7% interanual y cayeron nuevamente por debajo de los 2.000 millones de euros; en concreto, fueron 1.917,3 millones. El pay-per-view, que está siendo muy explotado para lanzar novedades en Disney+ y Amazon Prime, creció un 22%, hasta 48,35 millones.
Pese al descenso, las suscripciones continúan siendo la principal fuente de ingresos del sector audiovisual, de pago o en abierto, pues la factura publicitaria se desplomó otro 17% y cayó hasta 1.807,15 millones de euros. Con tal de paliar esta nueva caída, las subvenciones públicas que nutren a Rtve y el resto de televisiones autonómicas creció un 1% y alcanzó los 1.945,56 millones de euros.