Ya es oficial. Movistar+ ha confirmado que ha renovado los derechos de televisión de la Fórmula 1 hasta 2023, tal y como adelantó 2Playbook el pasado julio. Los términos económicos no se han hecho públicos, aunque fuentes de la industria indican que se ha podido contener el precio en torno a los 55 millones de euros anuales en que estaba cifrado el anterior contrato.
La plataforma de Telefónica mantiene así su política de retener los principales acuerdos dentro de su estrategia, sin entrar en subastas al alza. En esta contienda, por ejemplo, tuvo delante durante unos meses a Dazn, que tenía la oportunidad de ser la OTT del motorsport tras quedarse en 2019 con MotoGP.
La decisión de la F-1 de continuar con la teleco española ya se comunicó al resto de operadores a principios de julio, aunque no se ha hecho oficial hasta hoy. En este tiempo, las buenas noticias para Movistar+ no han cesado, pues ya sabe que el año que viene este deporte generará un renovado interés en la audiencia con el fichaje de Carlos Sainz Jr por Ferarri para acompañar a Charles Leclerc, mientras que Fernando Alonso ha regresado al circo del motor de la mano de Renault, la escudería con la se coronó campeón del mundo en 2005 y 2006.
Esta apuesta se produce pese a que en 2019 sufrió un fuerte desplome de las audiencias de los grandes premios tras la retirada temporal de Alonso. En concreto, las retransmisiones en directo se desplomaron un 37,5% en comparación con 2018, con una media de 150.000 telespectadores, según datos recogidos por la cuenta especializada MotorRacingTV.
Pese a ello, Juan Andrés García Ropero, director de deportes de Movistar+, explicaba recientemente en este medio que la Fórmula 1 “no es un paquete suelto de derechos, sino que hemos construido un canal interno, que además genera mucho consumo con un público muy fiel a ese contenido. Y a eso se le suma que las marcas automovilísticas le ven un atractivo en términos publicitarios. Dentro de la lógica rendimiento-precio tenía toda su lógica apostar por él”.
El paquete de motor se puede comprar por separado a cambio de 7 euros al mes, ya que es un contenido que sólo se incluye en los paquetes más caros de Fusión, los denominados Total Plus, que oscilan entre 169 euros y 209 euros al mes. A cambio, los aficionados pueden ver las carreras con resolución 4K si su televisor lo soporta y la opción del mosaico, que permite seguir el gran premio desde el punto de vista del piloto con seis cámaras simultáneas que se pueden ir combinando.
Una vez se formalice el acuerdo, la relación entre la multinacional española y la Fórmula 1 alcanzará la década, después de aquel primer acuerdo firmado en 2014 en el que aún se incluían algunas carreras en abierto. Es una situación que hoy está absolutamente descartada, ya que la revalorización de los derechos ha pasado ciclo tras ciclo por preservar la exclusividad a los canales de pago. En España, la gestora de motor incluso ha renunciado a lanzar su OTT bajo suscripción respetando la exclusividad de Movistar+, a diferencia de otros mercados en los que sí conviven ambas alternativas.
De su inversión anual en la compra de estos contenidos ya esté muy cerca de los 1.450 millones de euros anuales, según datos recabados por 2Playbook de fuentes oficiales y estimaciones de la industria en aquellos acuerdos no hechos públicos.
El grueso de esta factura se la lleva el fútbol, especialmente el español. Telefónica logró hacerse con el principal lote de LaLiga Santander para el ciclo 2018-2021 en una puja al alza con Mediapro, para semanas después ampliar su apuesta a LaLiga SmartBank. Por la exclusiva de toda la Primera División paga 980 millones de euros anuales, mientras que por toda la Segunda de pago abona 35 millones más por campaña. Esta relación le permite llenar varios canales durante todo el fin de semana, y es ahí a partir de donde pivota el resto de la oferta.