La Ligue de Football Professionnel (LFP) sale al ataque. La patronal de clubes de fútbol de la Ligue-1 y la Ligue-2 se ha acogido a una cláusula de garantía para pedir a Mediapro que abone los 172 millones de euros que debería haber pagado el 5 de octubre como propietario de sus derechos audiovisuales en Francia.

El grupo audiovisual, que se comprometió a abonar 780 millones al año por la máxima categoría y 34 millones por la Ligue-2 cuando se adjudicó los derechos, ha pedido a la LFP renegociar el precio en 2020-2021 por la caída del negocio publicitario y las restricciones a los bares. El acuerdo está valorado en 814 millones de euros anuales entre 2020 y 2024. Anteriormente, la empresa dirigida por Jaume Roures había pedido aplazar el pago, algo a lo que la LFP se negó porque su prioridad era “garantizar el pago a los clubes antes de la fecha límite del 17 de octubre de 2020”.

De ahí que la patronal del fútbol francés haya instado a la compañía a realizar el segundo pago que adeuda bajo amenaza de rescindir el contrato audiovisual, según informa el diario L’Equipe. El primer paso ha sido activar la cláusula de garantía, por lo que obliga al propietario de Mediapro, el fondo Orient Hontai Capital, a liquidar el pago. Así lo ha comunicado a los clubes Arnaud Rouger, consejero delegado de la LFP.

“Aplicamos el contrato que nos vincula con Mediapro y le avisamos de que debe liquidar las cuotas del 1 y 5 de octubre, al tiempo que activamos la cláusula garantía otorgada por la sociedad matriz del grupo Mediapro”, ha comunicado Rouger a los clubes. El directivo reconoce a los equipos que existen dos posibilidades. La primera es que el grupo audiovisual liquide el pago y la segunda es que no lo haga y “haya que plantearse ofrecer este contrato a otros operadores”. En tal caso, se rescindiría el contrato con la compañía.

Ante esta situación, la LFP ha confirmado que pedirá un préstamo para afrontar el pago de los derechos audiovisuales a los clubes de la Ligue-1 y la Ligue-2. La entidad ya firmó un crédito de 224,5 millones de euros para cubrir el agujero televisión que se generó el año pasado, después de que el torneo finalizara de manera anticipada. Sus socios audiovisuales, Canal+ y beIN Sports dejaron de pagar las facturas, lo que provocó que la entidad tuviera que endeudarse.