La Fifa acaba de lanzar un tender audiovisual por los derechos del Mundial de clubes de 2025 y 2029 en América, Asia y África. Una noticia que, a priori, no tendría demasiada relevancia en Europa si no fuera porque la apertura de estos concursos de forma individual deja entrever la ruptura de las negociaciones entre Fifa y Apple para firmar un contrato de 1.000 millones de dólares (917 millones de euros) por edición para ser la televisión del campeonato a nivel global. La Fifa ha dado hasta el 20 de agosto para que las plataformas oficialicen su interés -ahí Apple podría apostar por compras selectivas-, mientras que la comercialización en el Viejo Continente deberá esperar a la espera de saber que rol puede jugar en todo este proceso su propia OTT, Fifa+, para la que ya busca inversores que le den músculo financiero.
El giro de los acontecimientos, toda vez que se daba por avanzado aquel potencial acuerdo con el gigante tecnológico, también anticipa un sustancial ajuste en las proyecciones de ingresos del nuevo campeonato. Su presidente, Gianni Infantino, esperaba unos ingresos de 2.500 millones de euros, de los que 2.000 millones irían a parar a los clubes. Sobre el plan inicial, cada equipo iba a tener garantizados 50 millones de euros por participar, con aumentos de esta factura según su progreso en el campeonato. El campeón se llevaba 150 millones de euros en total, más que el ganador de la Champions League. Un botín muy apetecible para Real Madrid y Atlético de Madrid, los dos participantes españoles entre los 32 grandes clubes que se darán la cita el próximo verano en Estados Unidos.
Para Apple, la millonaria apuesta por el nuevo Mundial de clubes se habría convertido en su gran paquete de derechos deportivos a nivel global, pues las cifras que se manejaban prácticamente multiplicaban por cuatro los 250 millones de dólares anuales que se estima que ya tiene comprometidos con la MLS para ser su socio audiovisual global durante la próxima década (2023-2033). Ahora bien, se trata de dos modelos cuya conversión es muy distinta. La liga estadounidense ha aprovechado el boom del soccer en Estados Unidos con vísperas al Mundial de 2026 y la llegada de Leo Messi, que en su primer año le permitieron rebasar el millón de suscriptores.
En su caso, la temporada regular da al gigante de Cupertino el acceso a contenido y el desarrollo de otros programas durante nueve meses consecutivos para fidelizar la base de abonados a su plataforma de televisión. Por el contrario, el Mundial de clubes concentra toda su actividad en apenas un mes, dificultando la retención de usuarios que sólo se den de alta para seguir el campeonato.
El paso inicialmente atrás de Apple con Fifa le situaría en un contexto muy similar al de otras plataformas como Netflix o Prime Video, que únicamente han apostado por paquetes de derechos deportivos muy concentrados en el tiempo en ocasiones puntuales y siempre que se ubicaban en momentos importantes de consumo del año. La plataforma de streaming ha firmado con la NFL a nivel global por dos partidos en Navidad, mientras que el gigante del ecommerce se quedó los partidos de la Premier League en Reino Unido durante el Boxing Day durante seis años.
El Mundial de clubes concentra toda su actividad en un mes, dificultando la retención de usuarios que sólo se den de alta para seguir el torneo
En este contexto, la Fifa trabaja para intentar cumplir con lo prometido a los clubes, y ahí es crucial el resultado de las negociaciones con las televisiones. Se desconoce la valoración que ha hecho el organizador de los contratos a la venta en América, Asia, Oriente Próximo y Norte de África, pero esta licitación ya depara algunas respuestas y dudas que quedan en el aire. El primer mensaje, más allá de que podría darse por descartada la opción de una venta de derechos globales, es que Fifa tiene claro que Europa es un mercado aparte. Y es que es la única gran región que deja fuera por el momento.
Las televisiones españolas y del resto del Viejo Continente deberán esperar algo más de tiempo para pujar por estos derechos, en una segunda fase, confiando Fifa en que la amplia presencia de equipos de las grandes ligas lo convierten en un producto atractivo. El hándicap nuevamente serán los horarios, que podrían dejar la emisión al completo en la madrugada de este lado del Atlántico. En España, Mediapro fue la que compró los derechos del Mundial de Qatar 2022, si bien acabó revendiendo los derechos para la emisión en abierto a RTVE por 32 millones de euros y rentabilizó el resto
Oposición de los jugadores
Asimismo, y como viene sucediendo con las reformas de los campeonatos, que tienden a alargarse a medida que se renuevan, la Fifa tiene en contra a los jugadores. No quieren más cargas de esfuerzos y semanas de trabajo de las ya comprometidas en los últimos años, y de hecho, demandaron al organismo por el próximo Mundial de clubes a través de Fifpro. Denuncian una “situación límite” en la ampliación de sus temporadas y cuestionan la legalidad de las decisiones del regulador mundial de “establecer unilateralmente el calendario internacional de partidos”, y en particular, “la decisión de crear y programar” el nuevo Mundial de clubes de 2025 sin contar con ellos. “Es probable que el torneo genere hasta seis semanas de trabajo adicional que se añadirán a un calendario ya de por sí repleto”, lamentaban tras dar a conocer la denuncia hace justo un mes.
En este contexto, Fifa no ha dado respuesta a los futbolistas, pero sí ha abierto la puerta a los grandes clubes a participar del desarrollo de la nueva competición. En su último escrito, el organizador ha asegurado que “pretende conservar el derecho de participación de los clubes participantes, cuando proceda, incluso a través de la Asociación Europea de Clubes (ECA) mediante un estilo innovador y progresista de consulta y toma de decisiones. Con ello se pretende garantizar que la competición se construya desde cero como un producto conjunto”.
Un anuncio que llega después de la crítica abierta de Carlo Ancelotti, entrenador del Real Madrid, que aseguró que “un solo partido del Real Madrid vale 20 millones y la FIFA nos quiere dar esa cantidad para toda la copa. Al igual que nosotros, otros clubes rechazarán la invitación”. Tras estas declaraciones, el club blanco lanzó un comunicado en el que afirmó que “en ningún momento (la entidad) se ha cuestionado su participación en el nuevo Mundial de clubes”.
En medio de la búsqueda de 2.000 millones para su OTT
El lanzamiento de esta primera fase de venta de derechos del Mundial de clubes -y el frenazo a un potencial acuerdo con Apple- coincide en el tiempo con la importante operación corporativa que tiene en marcha la Fifa con su televisión: Fifa+. Según avanzó Bloomberg hace apenas unas semanas, el organismo que preside Infantino quiere expandir su OTT y, para ello, busca levantar hasta 2.000 millones de dólares (1.869 millones de euros) con la venta de una participación minoritaria de Fifa+.
El plan tejido por el regulador del fútbol mundial está en una fase temprana, y se podrían dar cambios. Sea como fuere, la Fifa trabaja en captar un mínimo de 1.000 millones de dólares (935 millones de euros) y espera hacerlo entre inversores de Estados Unidos u Oriente Medio.
Desde su lanzamiento, en abril de 2022, la OTT de la Fifa ha emitido partidos y torneos de forma gratuita en aquellos mercados –normalmente, pequeños– en los que no había podido vender los derechos de sus competiciones. En España, por ejemplo, retransmitió durante todo junio la Copa de Oceanía.
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