Vivir más y, sobre todo, mejor: así es como la actividad física favorece el envejecimiento saludable

La práctica deportiva es determinante para un envejecimiento saludable que garantice una vida más larga y mejor. Iniciativas como el Desafío Santalucía Seniors muestran de lo que son capaces los deportistas a todas las edades.

Desafío Santalucia Seniors 1 2024

La edad sólo es un número y cada vez hay más ejemplos que confirman que no es un impedimento para practicar deporte. Al contrario: es una motivación. El ejercicio físico contribuye al envejecimiento saludable, es decir, a vivir más y, sobre todo, vivir mejor. ¿El objetivo? Que las personas mayores puedan disfrutar de una integración activa en la sociedad independientemente de su edad. Es una carrera de fondo cuya meta es la longevidad con calidad de vida y vitalidad. 

Los datos hablan por sí solos:  el aumento de la actividad física y la disminución del sedentarismo pueden prevenir hasta 3,2 millones de defunciones en todo el mundo debido a enfermedades no transmisibles, según la Organización Mundial de la Salud (OMS). 

La clave es practicar deporte durante toda la vida, pero nunca es tarde para empezar. “Está demostrado que el deterioro funcional que ocurre al envejecer puede retrasarse en personas activas. La combinación de una adecuada nutrición, ejercicio físico y una actitud ante la vida mejora la longevidad predeterminada genéticamente”, señala la doctora Almudena Fernández Bravo, jefa asociada del servicio de rehabilitación Fundación Jiménez Díaz.

“Está demostrado que el deterioro funcional que ocurre al envejecer puede retrasarse en personas activas”

Al llegar a los 30 años, el ser humano alcanza el punto de máxima eficacia en sus sistemas fisiológicos, y a partir de aquí se considera que sus funciones disminuyen un 1% anualmente, el deterioro puede retrasarse especialmente en personas activas. Asímismo, un estudio de Stanford Medicine señala la inexistencia de un envejecimiento gradual, puesto que el número de moléculas del envejecimiento varían de forma exagerada a mediados de los 40 y a los 60 años. De esta forma, la práctica de actividad física en estos períodos tiene especial relevancia en la salud de las personas. 

Para llegar en un estado de forma óptimo a estas edades, es necesario combinar una nutrición adecuada con ejercicio físico, así como tener una actitud positiva que contribuyan a mejorar la longevidad predeterminada genéticamente. De hecho, la OMS recomienda realizar ejercicio 300 minutos a la semana y, en el caso de las personas mayores, al menos tres días de actividad con ejercicios diversos de equilibrio y fuerza.  

Quirónsalud aporta sus conocimientos en salud y medicina deportiva para garantizar este envejecimiento activo y así prevenir todo tipo de enfermedades, lesiones o malos hábitos que no les permitan seguir practicando deporte más allá de los 65 años. Esta apuesta ha llevado al grupo a colaborar en múltiples eventos y disciplinas deportivas como proveedor médico. Entre las iniciativas que entroncan con estos propósitos destaca el Desafío Santalucía Seniors, una expedición a los Andes para transmitir que una longevidad positiva es posible. 

El proyecto se puso en marcha el pasado 13 de septiembre y finalizará el 30 de septiembre en la cima de la Cordillera Blanca, en los Andes de Perú. Se trata de una expedición para personas de entre 65 años y 80 años que pone a prueba su fortaleza física, su motivación, sabiduría y el trabajo en equipo. El reto es que los participantes puedan transmitir a otras personas el significado de longevidad positiva y la importancia de tener una vida activa y saludable a cualquier edad. En definitiva, demostrar de lo que es capaz un deportista a cualquier edad.  

Entre los inscritos fueron elegidas cinco personas que, tras realizar un tramo de ciclismo de montaña, ascenderán al Monte Vallunaraju. La expedición de deportistas previamente ha superado diversas pruebas físicas y reconocimientos médicos de la mano de Quirónsalud para comprobar su estado de forma. Asimismo, desde junio empezaron los entrenamientos con un director deportivo.

Además, en las semanas previas al Desafío Santalucía Seniors, los cinco participantes visitaron la Fundación Jiménez Díaz para participar en una sesión formativa previa su expedición. El objetivo era ayudarles a adaptarse a la altitud de los Andes peruanos, donde estarán a más de 5.000 metros. 

En esta sesión la doctora Fernández Bravo señaló algunos de los principales beneficios del deporte, a la vez que aconsejó a los cinco deportistas sobre la preparación adecuada para un reto de estas características y dio recomendaciones físicas y nutricionales sobre cómo evitar diferentes dolencias durante la práctica del desafío. 

 

Cómo lidiar con el mal de altura

El mal de altura es una de las principales amenazas a las que se están enfrentando los y las deportistas del Desafío Santalucía Seniors. “Son una serie de síntomas que se producen en el cuerpo, sobre todo por la falta de oxígeno que nos encontramos cuando vamos a mayor altitud. A mayor altitud hay menor oxígeno y el cuerpo no se adapta a esta falta de oxígeno. Por lo tanto, se producen una serie de problemas”, señaló Fernández Bravo. 

Para evitarlo, la doctora de la Fundación Jiménez Díaz señaló la necesidad de hidratarse correctamente; no ingerir comidas grasosas o pesadas, sino comidas ligeras o ricas en carbohidratos; descansar correctamente; evitar el alcohol y el tabaco e ir aclimatándose a medida que se asciende. Tampoco se recomienda ascender más de 500 metros por día. De hecho, hasta los 5.000 metros lo recomendable es ascender entre 340 metros y 400 metros. A partir de los 5.000 metros el ritmo debe ser inferior: 250 metros diarios hasta los 6.000 metros, y en adelante entre 150 metros y 200 metros al día.  De hecho, en los primeros días de la expedición, los deportistas realizaron sesiones de aclimatación para adaptarse a la zona y a la altitud. Entre ellas, destaca una sesión de trekking que les llevó hasta la Laguna de Wilcacocha. 

No se recomienda ascender más de 500 metros por día. De hecho, hasta los 5.000 metros lo recomendable es ascender entre 340 metros y 400 metros y luego el ritmo debe de ser menor

Los principales síntomas del mal de altura son las náuseas, los mareos y dolores de cabeza. La gravedad es mayor cuando se empieza a experimentar confusión o incluso se producen pérdidas de conocimiento. En esa situación de emergencia, hay que iniciar el descenso inmediatamente y beber mucho líquido. 

Por último, la doctora de la Fundación Jiménez Díaz señaló cuáles son las lesiones más comunes a las que están expuestos los cinco deportistas del Desafío Santalucía Seniors y la forma de prevenirlas. Estas son las ampollas, los esguinces por torceduras, la hipotermia, las quemaduras solares y la deshidratación. 

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