Con el fútbol femenino en pleno esplendor y tras la aparición de grandes atletas que han impulsado el medallero español en las últimas citas olímpicas, el deporte femenino se ha erigido en pocos años en uno de los segmentos con mayor potencial de toda la industria deportiva. Una situación que sería impensable hace alrededor de una década, pero que se ha acelerado gracias, entre otras cosas, al apoyo empresarial y los incentivos fiscales promovidos desde el Gobierno.
En la base de los acuerdos entre los clubes y deportistas con las empresas está el programa de mayor éxito de la Fundación Deporte Joven (FDJ): Universo Mujer. Este proyecto, que ya va por su tercera edición y que se vehicula a través del Consejo Superior de Deportes (CSD), busca incrementar la participación femenina en todos los ámbitos del deporte, visibilizando e impulsando a las deportistas de élite, por un lado, y fomentando la práctica deportiva en la sociedad, por el otro. Desde su puesta en marcha en 2016, Universo Mujer ha recibido más de setenta donaciones por valor de 7,6 millones para los más de 180 proyectos que ha impulsado.
Universo Mujer busca incrementar la participación femenina fomentando la práctica deportiva e impulsando a las deportistas de élite
“Las marcas que participan en el programa Universo Mujer lo que buscan es potenciar la igualdad en el deporte en todos los ámbitos, ya sea a nivel técnico, deportivo o directivo”, indica Félix Jordán de Urríes, director general de FDJ. En consecuencia, las empresas que apoyen entidades deportivas femeninas o directamente a las propias deportistas obtienen unos beneficios fiscales a cambio de las donaciones económicas y en especie que realizan, como parte del mecanismo de acontecimientos de excepcional interés público (AEIP).
Asimismo, junto al resto de los planes de incentivos fiscales de AEIP (el Plan de Apoyo al Deporte Base, Deporte Inclusivo, Nuevas Metas y Reto De) este plan permite a las empresas que inviertan en deporte femenino deducirse de la cuota del Impuesto sobre Sociedades un 15% de su gasto total en publicidad, con un máximo de deducción igual al 90% del importe de la donación realizada. Asimismo, como parte del régimen de mecenazgo prioritario, las empresas podrán deducirse hasta un 40% sobre el importe de la donación durante los dos primeros años de colaboración, y de hasta un 45% a partir del tercero.
Un programa multidisciplinar
Conscientes del poder de transformación social del deporte femenino, el CSD sentó las bases de un programa global para dar mayor soporte y visibilidad a mujeres deportistas y equipos femeninos que se impulsó gracias a la aportación de uno de sus socios más fieles: Iberdrola.
En 2016, la compañía lideró la puesta en marcha de un programa sobre el que Laura Gil, directora de patrocinios de la empresa en España, explica que, “podíamos provocar el cambio en el resto de la sociedad. Esto no iba de un patrocinio más, sino que nuestro impulso se convirtió en un compromiso de responsabilidad social”.
Con el tiempo, la estrategia de la energética mediante este proyecto se ha ido transformando. Tras fijar, en un principio, el foco en las deportistas y en su profesionalización, también se ha buscado aumentar la presencia de la mujer en el mundo arbitral, en los cuerpos técnicos y en las posiciones de alta dirección.
“El último paso que hemos dado en este sentido es hacia las mujeres directivas en el ámbito deportivo, con la puesta en marcha de un curso de experto dirigido a deportistas que están finalizando su carrera deportiva y quieren continuar vinculadas al deporte a través de la gestión”, añade Gil.
El principal apoyo de Iberdrola se reproduce a través del patrocinio a 32 federaciones deportivas españolas, lo que le permite dar nombre a más de 100 competiciones. Junto a Iberdrola, en total, son 22 empresas las que ya han participado en Universo Mujer a lo largo de sus tres ediciones. Además de la energética, destacan Pelayo, Movistar, Cofidis, Iberdrola, Kern Pharma, Finetwork, Mapfre, Clesa o Ceratizit, entre otras.
Visibilidad en la élite y transformación social
En definitiva, recibir un mayor apoyo por parte del tejido empresarial ha permitido despertar un mayor interés mediático e incluso de otras marcas que han visto el elevado retorno que podían obtener con este tipo de iniciativas. “Esas compañías han contribuido mucho. Ahora ya ves a la empresa y se te viene a la cabeza directamente el baloncesto, el fútbol femenino o el balonmano, y creo que eso es muy importante tanto para los deportes femeninos como para las empresas”, explica Amanda Sampedro, futbolista del Sevilla FC.
Por su parte, la piragüista y triple medallista olímpica, Maialen Chorraut, señala que “al dar esa visibilidad, ya hay muchas más niñas que pueden y quieren estar en la élite y, por tanto, se normaliza. Esto ha abierto muchas puertas a que haya referentes”. No en vano, desde 2016 el número de licencias de deporte femenino ha aumentado un 29% en el país.
Por un lado, el programa Universo Mujer ha garantizado un aumento de visibilidad más que relevante de las deportistas de élite mediante acciones como la creación del BH Coloma Team, primer equipo de Mountain Bike femenino español, o la puesta en marcha del Movistar Team femenino, considerado en estos momentos uno de los mejores equipos del mundo.
Esta proyección de la imagen de las mujeres como parte activa y fundamental del deporte en España tiene otro claro exponente: el Tour Universo Mujer. Es un viaje por España para reconocer el esfuerzo de las deportistas, que cuenta con la participación de referentes como Ona Carbonell, Ruth Beitia, Jennifer Pareja, Teresa Portela, Sara Hurtado, o Teresa Perales.
Por otro lado, no se puede desdeñar su vertiente más enfocada a la dimensión social y cultural del deporte. En este marco se han impulsado iniciativas como el Reto Pelayo Vida que cada año selecciona a cinco mujeres que han superado cualquier tipo de cáncer para llevarlas durante una semana a vivir aventuras de supervivencia.