Tokio 2020 se blinda a la Covid-19 y pierde por el camino uno de los grandes atractivos de unos Juegos Olímpicos: el turismo. La organización del mayor evento internacional en el deporte ha decidido que no podrán acudir aficionados extranjeros a la capital japonesa. ¿El motivo? El miedo de las autoridades locales a una posible propagación del virus en el país, según avanza la agencia de noticias Kyodo News.
La medida, que también afectará a los Juegos Paralímpicos, dejará las gradas de estadios y pabellones sin público extranjeros. La pandemia ya había provocado la posposición de la cita olímpica a este verano.
El miedo a una expansión del virus, y sobre todo, de las cepas que han saltado de país en país, provocará ya este próximo 25 de marzo que la ceremonia oficial de apertura de los Juegos, a celebrarse en Fukushima, se realice a puerta cerrada. Sólo unos pocos invitados podrán acceder al recinto.
Está previsto que la noticia del blindaje de Tokio 2020 al público extranjero se haga oficial en una próxima reunión que celebrarán el comité organizador de los Juegos Olímpicos, el de los Paralímpicos, el gobierno japonés, el gobierno metropolitano de Tokio y el Comité Olímpico Internacional (COI). Asimismo, en abril, se sabrá el número final de espectadores que podrán acceder a los recintos deportivos. Eso sí, todos ellos serán locales.
Riesgo de perder hasta 19.000 millones en ingresos
La noticia pone en riesgo la entrada de una notable partida de ingresos en la economía japonesa. Unos Juegos de Tokio 2020 sin público dejaría de generar un impacto económico de hasta 2,4 billones de yenes (cerca de 19.000 millones de euros). Así se desprende de un informa publicado por el economista y profesor honorífico de la Universidad de Kansai, Katsuhiro Miyamoto.
Esta cifra abarca el impacto directo y a largo plazo. Por ejemplo, se cuantifica en 381.000 millones de yenes (3.000 millones de euros) lo que el país dejaría de ingresar si los Juegos Olímpicos se celebran a puerta cerrada. De ser así, se dejaría de facturar por venta de entradas, desplazamientos, alojamientos, restauración y hostelería, lo que supondría que esta partida de ingresos caería un 90% respecto a la previsión de facturación si los Juegos se celebraran con normalidad y con público en las gradas.
El cierre de los estadios al público también provocaría una caída en el gasto de consumo de los hogares, que estarán menos entusiasmados y dispuestos a gastar. Este impacto se ha cifrado en 280.800 millones de yenes (2.220 millones de euros).
Las ganancias económicas de los eventos deportivos y culturales promocionales que se organicen después de los Juegos también se reducirán a la mitad, hasta 851.400 millones de yenes (6.700 millones de euros), según el mismo informe.