Roger Saladich (Vitae): “Hay que formar en competencias tecnológicas para liderar el cambio”

El Co-CEO de Vitae señala la tecnología, la globalización y el cambio demográfico como los factores que más influirán a la industria del deporte a largo plazo. Para ello, apuesta por el Método Vitae, basado en el principio ‘learning by doing’.

Roger Saladich Escuela Vitae

La industria del deporte sigue su proceso de cambio y renovación, impulsado por los cambios tecnológicos, que ya empiezan a tener su efecto en el mercado laboral. En este contexto, los procesos formativos adquieren un papel cada vez más importante para garantizar el acceso de los nuevos profesionales al sector. Roger Saladich es uno de los nombres al frente de Vitae Escuela Universitaria del Deporte Barcelona, que este septiembre estrenará un grado de Ciencias de la Actividad Física y el Deporte. 

Este proyecto surge de la alianza de Escuela Vitae, con más de 14 años de experiencia en la formación de profesionales del deporte, y la Universidad Abat Oliba CEU. El Co-CEO de la escuela apunta hacia los avances tecnológicos, la globalización y el cambio demográfico como los principales elementos de influencia para el futuro de la industria del deporte. La escuela apuesta por el Método Vitae, basado en el principio de learning by doing, que combina la teoría y la práctica, así como por tejer alianzas estratégicas con el mundo empresarial y las entidades deportivas. “El sector demanda profesionales polivalentes, con habilidades técnicas sólidas y competencias interpersonales destacadas”, asegura Saladich. 

 

Vitae Escuela Universitaria del Deporte Barcelona inicia su camino en la formación superior en torno al deporte el próximo curso, ¿cómo surge el proyecto y cuál es la hoja de ruta?

La Escuela Universitaria surge de la necesidad de ofrecer una formación superior innovadora y de calidad en el ámbito de las ciencias de la actividad física y el deporte. Nuestra hoja de ruta incluye la implementación de un amplio porfolio de estudios y programas del ecosistema del deporte, actualizado y adaptado a las demandas del mercado laboral, la creación de alianzas estratégicas con empresas y entidades deportivas, y el desarrollo de programas de investigación y transferencia de conocimiento que impacten positivamente en el sector. Este septiembre empezamos en Barcelona con el que será la locomotora de la escuela: el grado en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte.

 

¿Qué diferencia a Vitae Escuela Universitaria de otras instituciones dedicadas a la formación deportiva en España?

Vitae Escuela Universitaria se diferencia por lo que nosotros denominamos Método Vitae, que consiste en una metodología learning by doing, que combina la teoría con la práctica desde el primer día de clase. Además, contamos con un enfoque integral que abarca desde la formación académica hasta la inserción laboral, asegurando que nuestros estudiantes estén preparados para enfrentar los retos del mundo profesional. La digitalización de nuestros procesos educativos y administrativos, junto con la fuerte vinculación con el sector empresarial, nos posiciona como una institución que quiere coliderar, con todos aquellos agentes e instituciones que también tengan esta vocación en innovación educativa, focalizada en el deporte.

 

En tu opinión, ¿qué perfil de profesional demanda hoy día el sector deportivo?

El sector deportivo demanda profesionales polivalentes, con habilidades técnicas sólidas y competencias interpersonales destacadas. Los profesionales deben ser capaces de adaptarse a un entorno cambiante, trabajar en equipo, liderar proyectos y aportar soluciones innovadoras. Además, deben ser perfiles con altas competencias digitales y tecnológicas, así como una mentalidad proactiva y emprendedora.

 

“Se necesitan grandes alianzas entre el sector académico y el mundo empresarial debido a que los intereses son compartidos”

 

¿Cuál es el papel de las empresas y organizaciones deportivas en este proceso?

Su papel es fundamental. Encarar el futuro de la industria del deporte es algo apasionante a la vez que exigente, que no se puede hacer cada uno por su lado. Se necesitan grandes alianzas entre el sector académico y el mundo empresarial debido a que los intereses son compartidos. Sobre todo, en la formación continuada como másteres y posgrados. Estas alianzas son uno de los pilares de Vitae. Las empresas quieren ser competitivas y el sector académico busca fomentar el talento de los futuros profesionales.

 

¿Qué tipo de colaboraciones buscáis y cómo planeáis involucrar a las empresas en la formación de vuestros estudiantes?

Creemos que las colaboraciones han de ser distintas en función del nivel académico del programa. En los estudios de grado apostamos por las ponencias, invitación a colaboraciones con explicación de producto y servicios de las empresas, y colaboración con el programa de prácticas. En másteres, sobre todo propios, creemos que la involucración ha de ser mayor y confeccionarlos al 50% entre el sector académico y las empresas, esto quiere decir confeccionar los planes de estudios, conformar la plantilla de profesores, determinar los espacios de la docencia y crear conjuntamente el puente hacia la inserción laboral. En cuanto a la investigación y la transferencia, hacer programas ad hoc concretos y específicos a los intereses de la empresa.

 

¿Cuáles serán los grandes caballos de batalla de la industria deportiva en el futuro y cuáles son las habilidades clave que los profesionales del sector deportivo deben desarrollar para sobresalir en un entorno cada vez más competitivo?

La tecnología, la globalización y el cambio demográfico son sin duda los factores que más influirán en la industria deportiva. Los avances tecnológicos, que hacen del mercado laboral un mercado cada vez más cambiante y en menor tiempo, una globalización donde el profesional y las empresas del deporte ya no compiten local o nacionalmente, sino que hay que tener una mirada internacional, y finalmente, un cambio demográfico que hará virar al sector hacia la salud y el bienestar. Estos tres puntos se pueden ver como una amenaza y a la vez como una oportunidad. Como institución lo afrontamos como una oportunidad y por eso nos empeñamos en formar a los futuros profesionales en competencias tecnológicas como la digitalización y la inteligencia artificial, pero también en competencias personales e interpersonales como la capacidad de adaptación, pensamiento crítico, habilidades de liderazgo y gestión, y una fuerte orientación hacia la innovación y el emprendimiento.

 

Las empresas reclaman que los estudiantes recién graduados no llegan a las organizaciones con los conocimientos necesarios. ¿Coincides? ¿Cuáles son las causas de este salto entre la formación y lo que las empresas precisan?

Coincidimos en que existe un desajuste entre la formación académica tradicional y las necesidades del mercado laboral, en algunos casos. Seguramente todos somos un poco responsables de esta situación. Siendo críticos con nuestro sector, las causas de este desajuste pueden incluir la falta de actualización en los planes de estudio, la insuficiente práctica profesional durante la formación y la falta de colaboración efectiva entre las universidades y las empresas. En Vitae abordamos estos desafíos mediante la integración de prácticas profesionales y simuladas desde el inicio del programa, la actualización constante del currículo y la colaboración estrecha con el sector empresarial.

“La tecnología y el nicho de salud y bienestar serán los grandes protagonistas en la creación de nuevas profesiones en la próxima década”

Habláis de distintas épocas en torno al deporte, ¿cómo nos preparamos para la actual? 

Hemos pasado de la edad analógica, donde se ha hecho una gran labor en la democratización del deporte, a la época digital, que ha permitido la aparición de nuevas profesiones y oportunidades de negocio. A lo que nos enfrentamos ahora es a una tercera época desconocida y que supone un gran interrogante, lo que es un gran reto para las instituciones académicas y las empresas. 

 

Si los profesionales del futuro trabajarán en profesiones que hoy no existen, ¿cómo se enfrenta este desafío desde la educación y qué tipo de competencias consideráis esenciales y válidas para cualquier contexto?

La tecnología y el nicho de salud y bienestar serán los grandes protagonistas en la creación de estas nuevas profesiones en la próxima década, por lo que ya nos están indicando el camino. El futuro pasa por ser capaces de que la formación sea en competencias tecnológicas, que permitan al futuro directivo no solo ser resiliente al cambio, sino que liderar y convertir esta realidad tecnológica en un beneficio para ellos y las empresas. 

 

¿Cómo habéis integrado esa capa digital y de competencias tecnológicas en el plan de estudios? 

Lo hemos hecho desde dos ejes. Uno vertical poniendo en el plan de estudios asignaturas que hasta ahora no estaban en ningún grado de CAFE. Por ejemplo, en deportes están los esports como una asignatura independiente más, está Tecnología e Informática Aplicada al Deporte, la tradicional asignatura juegos la hemos transformado en Teoría y Práctica del juego: físico y digital. Estos tres como ejemplo de las competencias tecnológicas. Como ejemplo vertical del trabajo de competencias personales e interpersonales, encontramos asignaturas como Preparación Profesional al Sector del Deporte, un espacio de reflexión que a través del coaching acompaña al alumno en su etapa final a concretar que quiere hacer con la titulación; y la asignatura de Liderazgo y habilidades interpersonales en el deporte, ambas inéditas en el estudio de CAFE.

 

Trabajáis con una filosofía de ‘Learn by doing’, ¿en qué consiste exactamente?

En el Método Vitae creemos que los alumnos y alumnas han de hacer. Como eje fundamental del aprendizaje, a través de la acción se acortan los plazos del proceso de enseñanza y los aprendizajes quedan más tiempo anclados. Otro eje fundamental de nuestra metodología es hacer y después reflexionar, es decir, buscamos que el alumno se enfrente a realidades nuevas, donde surjan las dudas, las inseguridades, la curiosidad, y sobre todo la necesidad. Si conseguimos que el alumno quiera y necesite de la ayuda del profesor, estamos en un momento óptimo y receptivo por parte del estudiante para que el profesor o profesora intervenga con sus conocimientos. Aquí entra otra vez la importancia de las empresas, estas realidades se han de construir conjuntamente con las empresas e instituciones del sector, ya que ellos las viven en su día a día, son cambiantes y precisan normalmente de toma de decisiones innovadoras. Crearemos un gran valor añadido a la formación y a la competitividad de las empresas si encontramos estas colaboraciones académico-profesionales.

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