Roger Federer pone punto y final a su carrera deportiva tras dos décadas dominando el panorama tenístico. El jugador de Basilea deja tras de sí un palmarés repleto de títulos que lo elevan a la categoría de leyenda. Un icono que ha trascendido a su época y al juego, pues su legado va más allá de los veinte Grand Slams y ocho Wimbledon que posee en sus vitrinas. El helvético ha alcanzado los 1.120 millones de dólares (1.121 millones de euros) en ganancias a lo largo de toda su carrera, según Sportico. Y ‘sólo’ 130,5 millones de dólares lo ha ganado en la pista.
¿El motivo? Es un deportista que siempre ha destacado por sacar partido al tirón mediático que representa su imagen por medio de millonarias asociaciones comerciales o con inversiones. Si Rafa Nadal ha construido su futuro fuera de las pistas en torno a su academia y su negocio de formación, el tenista helvético ha cimentado su destino por medio de dos grandes empresas.
Por un lado, Team8, que empezó como agencia de representación de jugadores y hoy ya es una firma de deportes y entretenimiento con la Laver Cup como principal activo. La empresa cofundada por Federer y su agente y socio, Tony Godsick, lleva desde 2013 representando a otros tenistas del máximo nivel como Juan Martín del Potro, Coco Gauff y otros deportistas profesionales.
Con los años el funcionamiento de la compañía fue virando hacia la organización y gestión de eventos hasta la puesta en marcha de la Laver Cup en 2017. El torneo es ya uno de los grandes legados de Federer, tanto a nivel deportivo como empresarial. El torneo anual creado en honor a Rod Laver facturaba antes de la pandemia 25,2 millones de libras (29 millones de euros), todo en una cita que tan solo dura tres días. En definitiva: la compañía ha pasado de representar a tenistas a convertirse en un jugador clave como producto de entretenimiento.
La ATP le ha dado oficialidad para encajar el negocio de uno de sus principales referentes dentro del calendario profesional. Ahora Federer podrá tener la despedida perfecta, en la competición que él ha creado y en un contexto perfecto para sacar el máximo partido al evento. La cita, que se disputará entre el 23 y el 25 de septiembre en el O2 de Londres, volverá a tirar del ticketing para impulsar su negocio, lo contrario que en la mayoría de torneos. La duda está en cuánto negocio audiovisual logrará mover la Laver Cup tras convertirse en el escenario de la retirada del considerado mejor tenista de todos los tiempos. En 2019 el evento generó 2 millones de dólares por la televisión.
Por otro lado, una de sus grandes aciertos fuera de las pistas fue su entrada en el capital de On Running en 2019 con una inversión de 54 millones de dólares. Juntos, han trabajado en la línea de calzado propia llamada The Roger, bajo la cual ya hay unas zapatillas de running y de tenis. El suizo controla un 3% de la compañía dedicada a la fabricación de artículos deportivo, que debutó en bolsa con una valoración cercana a los 10.000 millones de dólares. Es decir, la participación de Federer ya se sitúa en 300 millones de euros, cinco veces más que lo que invirtió en su día.
Más allá de sus inversiones, el tenista helvético ha sido un icono para el público del tenis y el deporte en general, lo que le permitió cimentar en torno a su figura asociaciones comerciales que le han reportado beneficios millonarios año a año, incluso en las temporadas en las que no competía. En 2022, año en el que no ha disputado ningún partido, el suizo facturó 90 millones de dólares (90,1 millones de euros) gracias a sus compromisos con los patrocinadores, según Forbes.
No se puede hablar de Federer sin mencionar a Nike. El matrimonio de la marca del Swoosh con el tenista suizo parecía inquebrantable y de los que mejor funcionaban en la industria del deporte hasta que en 2018 se rompió por sorpresa. Federer firmó, entonces, un contrato con Uniqlo por 300 millones de euros por los siguientes 10 años, lo que suponen 30 millones por temporada. El triple de lo que cobraba de Nike, con el añadido de que el jugador percibiría la totalidad del contrato, aunque se retirara antes de tiempo. Y además se guardó un As en la manga: el acuerdo con Uniqlo no incluía las zapatillas, un activo que reservó para On, su marca de zapatillas y de la que es el principal embajador.
Al fabricante japonés y la marca de calzado hay que sumarle a la Rolex como reloj oficial (que le aporta 8 millones de euros anuales), Moet & Chandon (entre 6 y 8 millones de euros), la empresa de alimentación Barilla (8 millones de euros), la empresa de telecomunicaciones Sunrise (7 millones de euros), la aerolínea Net Jets (6 millones de euros), Mercedes-Benz (5 millones de euros), Lindt (4 millones de euros), Credit Suisse (2 millones de euros) y Wilson (350.000 euros) como raqueta oficial.
Además, el tenista de Basilea es el tercero que más dinero en premios por torneos ha logrado en el ranking de la ATP con más de 130 millones de dólares, más del doble que el cuarto en discordia, Andy Murray, que ha obtenido 63 millones de dólares en la pista. En el podio le superan ligeramente Rafa Nadal, con un botón de 131 millones de dólares y Novak Djokovic con 159 millones de dólares.