Mucho se ha hablado sobre los beneficios de la práctica de actividad física en la salud física y mental, pero también tiene su incidencia en el grado de concentración de las personas. Así lo revela un estudio de la Universidad de Illinois, que ha concluido que las adolescentes (de 15 a 18 años) que realizan más actividad física diariamente tienen un mejor control de la atención. Ello, a su vez, puede repercutir positivamente en los resultados académicos.
La investigación revela que las niñas que realizaban menos actividad física eran más lentas y menos precisas que sus compañeras en cuanto al control de la atención. Asimismo, los datos muestran que más del 80% de los adolescentes de 11 a 17 años no cumplen las recomendaciones sobre actividad física.
Los coautores del estudio afirman que cada vez hay más pruebas que sugieren que unos niveles bajos de actividad física pueden “repercutir negativamente en la salud cognitiva y cerebral de los jóvenes”. De ahí que los investigadores de la Universidad de Illinois estudiaran la relación que hay entre la intensidad de la actividad física medida con acelerómetro, el volumen de actividad física, el control de atención y la memoria en participantes de entre 15 y 18 años.
Dominika Pindus, profesora de fisioterapia y salud comunitaria de la universidad y directora del estudio, ha explicado que “el control atencional es un aspecto del control inhibitorio: podemos considerar que el control inhibitorio es nuestra capacidad de controlar la atención cuando estamos distraídos y nuestra capacidad de controlar los impulsos", explica Pindus. “Los estudios han descubierto que el control inhibitorio, que es la capacidad de controlar nuestros impulsos y nuestra atención cuando estamos distraídos, está relacionado con un mejor rendimiento académico”.
En los ensayos participaron 418 estudiantes, de los cuales 211 eran niñas adolescentes. Las que registraron una actividad física menos intensa a lo largo del día tardaron más en las pruebas cognitivas y fueron menos precisas. “Esto nos indica que quizá debamos centrarnos en estrategias de intervención que hagan que las niñas menos activas físicamente realicen una actividad física de alta intensidad para mejorar las funciones cognitivas importantes para el rendimiento académico”, ha añadido Pindus.