Entre la década de los 80 y los 90, Magic Johnson introdujo un nuevo concepto de figura del atleta. Se apoyó en el magnetismo que generaba como jugador para labrarse una carrera paralela como empresario e inversor de éxito, un camino hoy replicado por una parte muy importante de las grandes estrellas del deporte. Lo que no ha sido tan habitual es que un exdeportista entre en el capital de un club, y mucho menos ser el accionista mayoritario del mismo. Esa excepción se reserva en el deporte de élite a unos pocos, entre los que figuran Michael Jordan, Ronaldo o Marc Gasol, que ha llevado a su Bàsquet Girona a la ACB. La tendencia a renunciar a cargos directivos o como entrenadores para ser parte del negocio cada vez es mayor.
¿Por qué los deportistas cada vez tienen más presencia en los accionariados de propiedades deportivas? Primero, por el estatus que representan entre el aficionado. Las grandes fortunas no suelen gozar de un gran reconocimiento público, pero los atletas sí, otorgando credibilidad, legitimidad y un punto de conexión con el fan. Además, tienen conocimiento de la industria tras décadas en activo y una amplia red de contactos.
Sin embargo, afrontar en solitario una adquisición no es sencillo. La revalorización de las propiedades deportivas al calor del patrocinio y los cada vez mayores contratos audiovisuales hace que sea muy difícil ver más casos como el de los tres mencionados. De ahí que normalmente los atletas acaben figurando como socios minoritarios dentro de los grupos inversores que están protagonizando la compraventa de estas organizaciones.
De ahí que no haya sido hasta ahora cuando este fenómeno empieza a darse en España, pero también entre mujeres deportistas. Apenas hay inversoras, un camino que aún se está recorriendo. Cada vez hay más proyectos empresariales, y algunas como las hermanas Williams ya han dado sus primeros pasos con los Miami Dolphins o Angel City FC, poniendo a rentar las decenas de millones que han ganado con el tenis.
Las propiedades deportivas que presentan mayor participación por parte de figuras del deporte se encuentran en las ligas norteamericanas. “El sector del deporte en Estados Unidos está mucho más desarrollado y profesionalizado. Te encuentras con varias disciplinas deportivas que funcionan muy bien como negocio”, explica a 2Playbook Álvaro Marco, socio del área de Corporate M&A de BDO.
Aun así, las grandes ligas han sido un territorio casi vedado, a excepción de la MLS. La liga de soccer, en plena expansión, necesitaba del capital social que podían aportar grandes estrellas de la NFL, la NBA o la MLB para ganar notoriedad. De ahí que jugadores en activo como Patrick Mahomes, Kevin Durant o James Harden hayan adquirido participaciones en distintas franquicias en los últimos años. También David Villa entró como socio fundador del Queensboro FC de la United Soccer League (USL), que equivaldría a la Segunda División.
Además de la importancia del factor comercial, el sentido de pertenencia también juega un papel importante al decidir dónde invertir. El ex campeón de la NBA Marc Gasol refundó el Girona Bàsquet tras quebrar años atrás y ya ha logrado ascenderlo a la ACB. También, está el caso de Ronaldo Nazario, que además de ser accionista mayoritario del Real Valladolid, ha adquirido recientemente al equipo que lo formó como juvenil, el histórico Cruzeiro, en la segunda división en Brasil.
El caso más representativo es el de Michael Jordan, que refundó los Charlotte Hornets en la que ha sido la última ampliación de franquicias de la NBA. Jordan es natural de Carolina del Norte, estado donde juega la franquicia y para cuya universidad jugó hasta entrar en la NBA. Es, además, el único caso en el que un exjugador es accionista mayoritario de un equipo en EEUU y el fútbol europeo.
También figura David Beckham, fundador y copropietario del Inter Miami junto a los hermanos Mas, que en España han comprado el Real Zaragoza. El futbolista inglés se ha convertido en otro de los casos de éxito al aprovechar su gran palanca comercial como futbolista para dar el salto a la industria como inversor. En baloncesto, como sucede con Gasol, sí hay más casos, como los de Tony Parker con el Asvel francés o Amar’e Stoudemire con el Hapoel israelí.
No obstante, aún son anomalías, y la tendencia de inversión más común es la de entrar como minoritarios junto a un grupo de inversión. Y difícilmente va a cambiar, pues el valor medio de los clubes europeos y las franquicias estadounidenses sigue al alza. El Chelsea se vendió por 2.500 millones de libras (2.350 millones de euros) y el compromiso invertir otros 1.750 millones de libras (1.643 millones de euros).
En las grandes ligas norteamericanas el valor medio de las franquicias se ha multiplicado por cuatro, hasta 2.300 millones de dólares (2.210 millones de euros) de media en la última década. Solo fortunas milmillonarias tienen acceso a este tipo de operaciones. Dentro del deporte, hasta la incorporación de LeBron James y Tiger Woods en el último mes, solo Michael Jordan había alcanzado un patrimonio milmillonario.
Por ello, el modelo de participación minoritaria, normalmente inferior a un 3% o un 5%, es el que se está consolidando. Es lo que sucede con el propio LeBron a través de Fenway, propietario del Liverpool FC y los Red Sox de la MLB. Aun así, de nuevo hay excepciones. Magic Johnson forma parte del núcleo duro del grupo inversor propietario de Los Ángeles Dodgers, y Derek Jeter en el de los Miami Marlins. También Alex Rodríguez está entre los principales accionistas del hólding que ha comprado los Minnesota Timberwolves.
Marco destaca que “la tendencia en la adquisición de franquicias por parte de deportistas seguirá el mismo rumbo con los deportes tradicionales, además del incremento de inversiones en empresas del sector sportstech y los eSports”. Y así está sucediendo en el fútbol internacional y en el español.
Mientras exjugadores como Casillas o Granero buscan liderar a través de start ups, otros ya son propietarios de clubes. Gerard Piqué adquirió al Andorra FC y ya ha logrado llegar a LaLiga Smartbank. Por otro lado, Gerard Moreno se convirtió en el máximo accionista del club de su juventud, el CF Badalona, tomando el mismo camino que Andrés Iniesta tomó hace más de una década con el Albacete balompié. Recientemente, Juan Cala y Coke Andújar se hicieron con las riendas del Atlético Sanluqueño de la Primera Rfef.
También en los eSports se dejan notar, donde la barrera patrimonial de entrada aún es mucho menor y su capital sí puede marcar las diferencias. Casemiro, Azpilicueta, De Gea, Piqué, Laporte… Son solo algunos de los ejemplos de futbolistas que empiezan a aproximarse a modelos de propiedad con sus carreras aún en activo en busca de nuevos negocios y, en ocasiones, de impulsar su propia marca personal.