En un año negro para la nieve, Grandvalira Resorts no ha podido escapar al impacto de la Covid-19. Las estaciones de esquí del grupo andorrano han reducido sus ventas un 91% en la recién finalizada temporada 2020-2021, en la que ha abierto 93 días pero ha sufrido las restricciones de movilidad impuestas por los Gobiernos de España y Francia.
El grupo ha hecho público las cifras de ventas, que no fueron buenas: en total, Grandvalira vendió 203.915 forfaits, un 88% menos que la pasada temporada, y marcó su pico el 20 de febrero con 6.258 esquiadores aquel día. Mientras, Ordino Arcalís vendió 42.550 días de esquí, un 78% menos en el mismo periodo del año anterior.
La apertura de la circulación y la libre movilidad “llegó tarde” para las estaciones andorranas, según explica el grupo en un comunicado.
“Además del impacto económico devastador, la noticia positiva es que el esfuerzo de las estaciones ha permitido a las familias residentes en Andorra la práctica del esquí como válvula de escape ante las restricciones para desplazarse y salir del país”, ha destacado el grupo.