Google sigue trabajando para que la Unión Europea (UE) autorice la compra de Fitbit por 2.100 millones de dólares (1.791 millones de euros). Después de que la Unión se negara a dar el visto bueno a la operación corporativa hasta que Google se comprometiera a no utilizar los datos sanitarios de sus usuarios, el motor de búsqueda está dispuesto a hacer una serie de concesiones para facilitar la compraventa, según informa Reuters.
Alphabet, matriz del grupo, ha ofrecido restringir el uso de datos de Fitbit, facilitar a los fabricantes de wearables de la competencia conectarse a la plataforma Android y permitir el acceso continuo de terceros a los datos de los usuarios de Fitbit siempre que los clientes den su consentimiento. Por el momento, la Comisión Europea no ha solicitado a Google que realice más cambios, por lo que se espera que la UE se haya dado por satisfecha con estas modificaciones.
“El mercado de los dispositivos portátiles está abarrotado y creemos que la combinación de los esfuerzos de hardware de Google y Fitbit aumentará la competencia en el sector, beneficiando a los consumidores y haciendo que la próxima generación de dispositivos sea mejor y más asequible”, ha explicado Google en un comunicado.