La Fifa da sus primeros pasos en solitario en la batalla del gaming, donde su principal rival será su hasta hace unos meses socio histórico: Electronic Arts. La federación internacional de fútbol no quiere perder fuerza en el mundo de los videojuegos y ha registrado su propia marca, FifaE, para la mayoría de categorías de producto relacionadas con el gran consumo, así como la organización de eventos. Así responde a EA Sports que ya hizo lo propio en 2021 anticipándose a una posible ruptura, y que la pasada semana selló un acuerdo con LaLiga como nuevo title sponsor de la competición hasta 2028, a cambio de 30 millones anuales.
El desarrollador del videojuego se guardó entonces un as en la manga llamado EA Sports FC, con el que intentarán mantener un negocio anual de más de 1.000 millones de euros, según se desprende de las cuentas del gigante tecnológico. Ahora, el regulador del fútbol mundial ha movido ficha y ha registrado la marca FifaE en la Oficina de propiedad intelectual de la Unión Europea. Fifa ya ha utilizado la marca en las últimas semanas para sus competiciones oficiales de eSports.
De este modo, el organismo presidido por Gianni Infantino da su primer paso en solitario en un mercado al que ha estado ligado a Electronic Arts desde 1993. El acuerdo con la desarrolladora estaba estimado en alrededor de 150 millones de dólares (148 millones de euros) anuales y contaba con más de 150 millones de cuentas registradas en un videojuego que ha generado más de 20.000 millones de dólares (19.730 millones de euros) durante las dos últimas décadas.
La celeridad en la reacción de EA Sports demostró su capacidad para capitalizar la comunidad online que ha construido y su ecosistema de eSports sin el regulador del fútbol. La Fifa, por su parte, trata de potenciar su posición en el gaming a través de su Copa del Mundo Interactiva. Esta competición, originada en 2004, ha crecido de la mano de los juegos creados por EA Sports logrando profesionalizar su estructura en los últimos años de tal manera, que ya reparte 500.000 dólares (493.000 euros) en premios.
Bajo su nueva marca el regulador ha incluido las competiciones, torneos o circuitos que realiza a lo largo del año: la Copa del Mundo de FifaE, la Copa del Mundo de Clubes de FifaE, la Copa Continental de FifaE y la Copa de Naciones de FifaE. A ello se le suma una identidad musical propia que ha ido acompañando estos eventos durante los últimos años. Por ahora, todos los torneos se basan en el videojuego de Electronic Arts, a la espera de ver si se producen nuevas alianzas o incluso se crea una nueva saga.
El regulador se asegura una marca que podrá utilizar para su nuevo videojuego para el que ya trabaja con otros desarrolladores. Aun así, no estará listo hasta 2024 con un año de retraso respecto al que ahora será su competidor. Además, tendrá que acotarlo a un rango de selecciones, pues la mayoría de los equipos tienen acuerdos exclusivos con EA Sports y han dejado clara su fidelidad.
El de los derechos de clubes y ligas fue precisamente el obstáculo que no pudo superar Konami tras años de batalla. El desarrollador japonés decidió el año pasado no continuar con la saga Pro Evolution Soccer y optar por un rebranding del título bajo un formato free to play. La Fifa, además, tendrá que afrontar para entonces la competencia de más empresas en el mercado, como Goals, en la que ha invertido Gerard Piqué, que buscan abrirse hueco con simuladores basados en tecnología blockchain para atrapar a otro tipo de jugador y huir del ecosistema de EA Sports.
En el caso de la Fifa, al no tener acuerdos con los clubes, tendría que negociar los contratos uno a uno o con los sindicatos que los representan. Zlatan Ibrahimović abrió este mismo debate a finales de 2020, cuando trató de negar al publisher el uso de su imagen. Sin embargo, dado que sus derechos como jugador están en manos de su club, el AC Milán, está sujeto a dicho contrato.
En 2020 los ingresos derivados del licensing aportaron a la Fifa 159 millones de dólares, el 60% de su facturación total
Para los clubes sin acuerdo de licencia Electronics Arts tiene contratos con Fifpro, el sindicato de jugadores, y otras asociaciones. Se desconoce el importe de estos contratos, aunque la Asociación de Futbolistas Españoles (AFE), por ejemplo, se embolsó un millón de euros en 2019 por la cesión de derechos de imagen de sus afiliados a Fifpro.
La Fifa tendría que replicar este tipo de acuerdos para poder lanzar su juego con la imagen de los jugadores y las selecciones, pero no de los clubes. EA, sin embargo, podría alcanzar acuerdos individuales con cada federación o bien simplemente poner el nombre de un país sin las licencias oficiales y utilizar los derechos de imagen de jugadores que ya tiene para crear equipos automatizados, algo similar a lo que ya hacía Konami en los últimos años con los clubes.
La Fifa busca de esta forma salvar parte de los ingresos que obtenía por esta vía. Sin ir más lejos, en 2020, el año de la pandemia, reconoció que la explotación de licencias de marcas para videojuegos fue “una fuente importantísima de ingresos” y que, a diferencia de los principales sectores económicos, “no se ha visto gravemente lastrada y ha resistido muy bien los embates”. En aquel año los ingresos derivados del licensing aportaron 159 millones de dólares (156,8 millones de euros), el 60% de su facturación total.
En 2021 los ingresos de licensing han aumentado hasta 180 millones de dólares (178 millones de euros), según la última memoria financiera. De esta partida, 150 millones corresponden a EA Sports, según las cifras desveladas por The New York Times. El salto de un año a otro, según la Fifa, se corresponde con “una mayor actividad de retail y merchandising debido al Mundial, nuevas iniciativas de ecommerce y más oportunidades en el gaming y los eSports”.
Pese a este paso de la federación internacional, la batalla con el desarrollador la tiene muy cuesta arriba. LaLiga, Premier League, Bundesliga, Uefa, Conmebol, Real Madrid o PSG son solo algunas de los 700 equipos, 30 ligas y 100 estadios que han dado el sí quiero al publisher. Una demostración de fuerza con la que se cuestiona el valor de la marca Fifa en la tracción del videojuego, y que supondrá un duro revés para el negocio comercial de la federación que preside Gianni Infantino.
La realidad es que el negocio de EA Sports con su videojuego hace años que giraba en sentido opuesto a su relación con el regulador. Primero, por el propio modelo de negocio del juego en la actualidad. La compañía, que no desvela cuánto aporta la franquicia a sus cuentas, sí destaca que Ultimate Team, la modalidad de juego online de todos sus títulos, ya aporta el 29% de sus ventas totales, que se situaron en 5.630 millones de dólares (5.335 millones de euros) en 2021, y que fue “principalmente gracias al Fifa”.
De esta forma, el grupo ha pivotado desde la venta de juegos en formato tradicional al juego online como principal fuente de ingresos. Es una cuestión clave, pues diluye el papel de la Fifa como marca y actor necesario para el desarrollo de su negocio.