Las federaciones baten el récord de ingresos de la década: 215 millones y cuarto año en beneficios

Las cuentas estimadas de los organismos federativos, que no incluye a la Rfef, reflejan un incremento del 37,5% de la facturación, gracias a la reactivación del deporte tras la Covid. El beneficio neto entre todos los organismos ha sido de 3,99 millones.

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Regresó el deporte tras la pandemia, y la maquinaria de trabajo de las federaciones deportivas españolas volvió a trabajar a toda velocidad. Tanto que, en conjunto, los organismos nacionales obtuvieron sus mejores cifras de ingresos de la década (2012-2021), con una facturación total de 215,4 millones de euros, según un informe del Consejo Superior de Deportes (CSD) al que ha accedido 2Playbook.

El documento, que advierte que los datos del año pasado son provisionales y basados en las estimaciones facilitadas por las propias federaciones, reflejan un aumento del 37,5% sobre 2020 y un aspecto clave: la recuperación de los ingresos propios (108,5 millones), que vuelven a situarse por encima del 50%. Gracias a ello, el movimiento federativo logró cerrar su cuarto ejercicio consecutivo en beneficios, aunque con un ajuste del 8% respecto a 2020, hasta 3,99 millones.

El CSD atribuye el fuerte incremento de los ingresos a dos aspectos: “en primer lugar, la subida de las subvenciones del CSD en sus distintas líneas de ayuda (para actividad general de alta competición, por resultados, para tecnificación y Cear, para programas de mujer y para deporte escolar); y, en segundo lugar, a la recuperación de los ingresos propios como consecuencia del restablecimiento de gran parte de la actividad deportiva tras la caída sufrida en 2020 por la pandemia”.

Que el resultado neto agregado de las federaciones fuera positivo no significa que todos los organismos ganaran dinero. De hecho, el número de entidades que prevén cerrar el ejercicio 2021 en beneficios cae a 49 (54 en 2020). En el interanual, las que prevén generar pérdidas se duplica, de 7 a 14; mientras sólo una apunta a cerrar en equilibrio.  El informe no aclara cuáles son las que acabaron gastando más dinero del que ingresaron.

Este último punto queda reflejado en la facturación generada por el propio trabajo de las federaciones, que aumentó un 40,8% respecto a 2020, “recuperando niveles previos a la pandemia”, destaca el CSD.

La reactivación del deporte tras la Covid generó mayores ingresos e inversiones, aunque se duplica a 14 las federaciones que prevén pérdidas

Por partidas de ingresos, el informe -que no contabiliza el negocio de la Federación de Fútbol (Rfef) porque su elevado peso en el negocio desvirtuaría la foto general- detalla aumentos en todas las áreas. El patrocinio y la publicidad alcanzaron los 19,7 millones de euros, un 13% más. En este punto cabe destacar que todavía las federaciones tienen una brecha del 9,5% sobre su techo en su facturación comercial (21,6 millones), logrado en 2019.

En cuanto a las licencias y las cuotas, la principal fuente de ingresos propios de las federaciones, el retorno de la actividad deportiva ha permitido a las federaciones marcar su segundo mejor registro de la década por este concepto, con 32,3 millones (29,8% del total de ingresos).

La línea de negocio más damnificada por la pandemia fue la relativa a las competiciones. Cayó un 51% en 2020. Pues bien, en sólo un año, las federaciones volvieron a recuperar niveles pre-Covid con una facturación de 28,9 millones, más de del doble que en el ejercicio anterior.

“Esta forma de financiación tiene especial importancia comparativa en las federaciones de baloncesto, balonmano, hípica, motociclismo, patinaje y triatlón, según los datos aportados por las propias federaciones deportivas como avance al cierre del ejercicio 2021”, indica el CSD. Y en este punto, el organismo público destaca a la Rfebm, que, como organizador del Mundial femenino de balonmano, captó cerca de 10 millones de euros por ticketing, aunque el gasto vinculado a la competición se situaría en valores semejantes.

Entre tanto dato, el CSD también da consejos a las federaciones. En su informe destaca, por ejemplo, lo “muy interesante” que sería que “las federaciones deportivas fueran dando poco a poco más importancia” a la financiación obtenida por formación. Una mayor apuesta por esta línea de negocio, que aportó 4,9 millones, un 34,8% más, “redundaría en una mejor preparación de los deportistas y técnicos tanto en la gestión como en la práctica de su deporte”.

Por último, en recursos propios también entran partidas excepcionales e ingresos corrientes que no entran en las anteriores áreas ya analizadas. En este punto, las federaciones reflejan en sus previsiones unos ingresos de 21,4 millones de euros por su actividad corriente, un 60% más interanual, y 1,35 millones por extraordinarios, con un alza del 92%.

 

Un mayor apoyo público para que la inversión creciera un 39%

Si hay ingresos, mayor capacidad para invertir en los deportistas. Con la reactivación de la actividad deportiva, en un año olímpico además, las federaciones incrementaron su gasto. Un gasto que fue a parar, principalmente, a los deportistas (76%). En la actividad deportiva se quedó tres cuartas partes del presupuesto de las federaciones que, eso sí, contaron con mayor apoyo público para la mejora o consecución de sus objetivos. El resto fue a parar a estructura.

Con un gasto total de 211,4 millones, más que ningún otro año de la última década, las federaciones pudieron compensar ese aporte con el incremento de la financiación pública. Por. Además, la ayuda por parte de las otras subvenciones, donde se incluyen partidas de las subvenciones del CSD captaron 81,3 millones, un 16% más ayuntamientos, administraciones regionales y la ONCE, entre otros, se cuadruplicó, hasta 22,3 millones de euros. Las becas ADO, con la excepcionalidad del retraso de los Juegos, se ajustaron un 20%, hasta 3,2 millones.

La deuda vuelve al alza: crece un 45%, hasta 58,6 millones

Las 67 federaciones recogidas en el informe sumaron una deuda de 40,4 millones de euros en 2020, lo que reflejaba el nivel de apalancamiento más bajo de la serie iniciada en 2007. La deuda agregada se redujo en 10,4 millones en un año, lo que supuso una caída del 20%.

Sin embargo, tras la pandemia, ésta volvió al alza, con 58,6 millones de deuda total, un 45% más interanual, y la cifra más alta desde 2015, cuando las federaciones comenzaron un notable descenso en su apalancamiento.

“Del mismo modo, el peso de la deuda a corto plazo sobre el total de las deudas del conjunto de federaciones deportivas, está en torno al 84%, lo que representa un valor elevado que obliga a mantener una especial atención para evitar que puedan producirse situaciones de dificultad a la hora de afrontar las obligaciones de pago”, advierte el CSD.

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