Cierra la primera estación de esquí que abrió en Aragón. Candanchú ha emitido un comunicado en el que asegura que no abrirá la próxima temporada. La estación alude a “pérdidas millonarias en el ejercicio que hacen insostenible la viabilidad a medio plazo del proyecto”.
Además, agrega que la incertidumbre que sigue provocando la pandemia hace imposible planificar su actividad, lo que ha llevado a suspender tareas de renovación que se acometen todos los veranos en las instalaciones.
Por otro lado, también se apunta a “la falta de un plan de ayudas al sector” que palien el impacto de la Covid-19. Desde la estación aseguran que el sector “está igual o más afectado” que otros pero que “hasta la fecha no ha tenido apoyo desde las administraciones públicas”. También se recrimina al Gobierno aragonés que no haya un proyecto integral para potenciar la nieve.
El consejo de administración ha garantizado a todos los clientes y proveedores que cumplirá con sus compromisos. De hecho, ya ha puesto en marcha un plan de canje o devolución de abonos. Hasta ahora, contaba con una plantilla de treinta trabajadores fijos que se multiplicaban por cuatro en la temporada de esquí.
El Gobierno de Aragón, por su parte, ha recordado a través de sus consejeros que Candanchú está en manos privadas, a diferencia de Formigal, Panticosa, Javalambre y Valdelinares. Estas se gestionan a través de la sociedad Aramón, participada al 50% por el Gobierno. Los alcaldes y otros grupos de la zona se han movilizado para tratar de encontrar una solución al cierre ante el fuerte impacto económico que se produciría en la región.