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El esquí español se asoma a la recuperación: 15% más de ventas tras invertir 67 millones

El sector prevé que tanto la asistencia como la facturación registren cifras récord en la temporada 2022-2023, con la recuperación del turismo británico como punta de lanza.

estaciones de esquí

El sector de la nieve coge impulso en el pistoletazo de salida de la campaña 2022-2023. Tras cerrar 2021-2022 con unos ingresos récord de 160 millones de euros, las principales pistas españolas afrontan el inicio de la temporada con un 15% más de ventas que el pasado ejercicio, de acuerdo con los datos de Atudem, la principal patronal de la industria en España. De mantenerse el ritmo, se alcanzarían los 175 millones de euros de facturación.

“Es muy difícil hacer una previsión exacta de asistencia, pero somos muy positivos y esperamos superar las cifras de 2022. Ahora mismo las reservas hoteleras y de abonos son altísimas con un 15% más de ventas que en las mismas fechas del año pasado. Los turoperadores internacionales también nos están diciendo que las reservas y el interés de los turistas internacionales está siendo alto”, destaca Jesús Ibáñez, presidente de Atudem y director general de Sierra Nevada.

Esta temporada las principales instalaciones españolas han redoblado sus esfuerzos, con inversiones para mejorar las infraestructuras y servicios en pista que han superado los 67millones de euros. De estas, un 61% han estado dirigidas a modernizar y construir nuevos remontes, mientras que un 20% se han empleado en adecuar las pistas y otro 20% en ofrecer nuevos servicios a los usuarios.

Los deportes de nieve son una actividad muy familiar, motivo por el que un 40% de los asistentes acude a las pistas en grupo y con niños. Además, el número de jóvenes que acude a practicar estas disciplinas con su grupo de amigos se ha incrementado en los últimos años, mientras que la presencia de hombres y mujeres es bastante igualitaria. En cuanto a la edad del esquiador, Ibáñez señala que está en línea con la de la población media española.

Una de las vías en las que la industria prevé impulsarse para aumentar su facturación es en el turismo internacional. La llegada de turistas extranjeros, especialmente británicos, se vio duramente golpeada como consecuencia de la pandemia de coronavirus durante las dos últimas campañas. Unos ingresos que no lograron recuperarse en la temporada de 2021-2022 pero que el sector confía en recuperar este año.

“Los datos que manejamos de pre-ventas son buenos. Desde las estaciones estamos haciendo todo lo posible para aumentar la oferta de servicios que se da al asistente, desde la apertura de nuevos establecimientos de restauración hasta la mejora de los sistemas de producción de nieve artificial. Queremos superar las expectativas que tienen los visitantes y hacer de su viaje toda una experiencia”, remarca Ibáñez.

 

Impacto de la escalada de los precios

En un contexto económico marcado por la subida de los precios, las estaciones de esquí no permanecen ajenas a esta situación. El presidente de Atudem lamenta que “el coste energético de nuestras instalaciones este año va a subir mucho y por supuesto esta situación se ha traslado a los precios de los forfaits. En general no hemos llegado a igualar la subida de la inflación, pero sí ha habido que ajustar los precios”.

Otro de los principales retos de la industria sigue siendo la desestacionalización de su actividad. Las estaciones españolas han invertido en los últimos años en construir centros de ocio y aumentar su oferta de actividades dirigidas a aquellos que no practican deportes de nieve como el esquí o el snow. De este modo, opciones como los paseos en trineo, las rutas con raquetas o las catas gastronómicas se han convertido en un importante impulso para captar visitantes.

En 2021-2022, las estaciones de esquí generaron cerca de 3.000 empleos directos. A ello se suma el impacto indirecto que esta actividad tiene en la economía rural. Por cada euro que los esquiadores y visitantes gastan en las pistas, se generan otros seis euros en actividades paralelas relacionadas con la restauración, el sector hotelero o el turismo local. “Este año esperamos seguir mejorando estos datos y seguir siendo una de las principales palanca económicas de muchas zonas de montaña de España”, concluye Ibáñez.

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