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El deporte femenino desbloquea su crecimiento: ¿por qué facturará 2.150 millones en 2025?

El crecimiento del 25% interanual de los ingresos del deporte de élite practicado por mujeres se ve impulsado por mercados emergentes, el baloncesto y el fútbol.

Fotografía de Marc Graupera
Fotografía de Marc Graupera

El negocio del deporte femenino de élite continúa al alza, con el baloncesto y el fútbol asumiendo el liderazgo. Se espera que el deporte practicado por mujeres en la alta competición facture 2.350 millones de dólares (2.150 millones de euros) en 2025. Es un 25% más que en 2024, cuando Deloitte estima que movió 1.888 millones de dólares (1.727 millones de euros).

Este crecimiento viene motivado especialmente por la WNBA, la principal liga de baloncesto, que está en fase de expansión y no ha dejado de despertar el interés de inversores interesados en contar con una franquicia. De hecho, si el 38% del negocio lo generaban los equipos y competiciones femeninas de baloncesto en 2024, la previsión es que en 2025 represente el 44% de la facturación total, según un estudio de la consultora.

Se estima que el fútbol aportará el 35% del negocio, mientras que el resto de deportes generarán el 21% restante. Por mercados, Norteamérica continúa siendo el driver principal de crecimiento, representando el 59% de la facturación global (tres puntos porcentuales más que en 2024). Europa, por su parte, reducirá ligeramente su peso, hasta el 18%, al igual que Asia-Pacífico, que pasará a generar el 2% del negocio. El 21% restante lo conforman el resto de territorios.

“El deporte femenino está creciendo, reescribiendo su hoja de ruta y haciendo las cosas de manera diferente; el foco ahora está en ir más allá del potencial que tiene, y construir un legado de éxito ofreciendo experiencias únicas y personalizadas”, sostiene Deloitte.

 

 

Los más de 2.000 millones de euros que el deporte femenino facturará en 2025 significa doblar los ingresos respecto a 2023. Desde entonces, la recaudación por día de partido ha pasado de representar un 14% a un 21%, que es lo que se espera que mueva el matchday durante este año. El área comercial es la principal línea de negocio de las competiciones de mujeres, pero ha reducido su peso sobre el total por el boom en la venta de entradas. Si bien se espera que este año el patrocinio y merchandising supongan un 54% del negocio total (en torno a 1.162 millones de euros), en 2022 representaba el 64%.

Los acuerdos audiovisuales supondrán 1 de cada 4 euros facturados por las competiciones y clubes. Un 25% del negocio procederá de la televisión, lo que se traduce en cuatro puntos porcentuales más que en 2024.

 

Los modelos de inversión del deporte femenino

La tendencia de inversión apunta en dos direcciones: los clubes multipropiedad y los fondos de inversión, que también captan financiación mediante el angel investment. El primero es el que están protagonizando Monarch Collective, fondo de inversión que cuenta con 250 millones de dólares (228 millones de euros) para invertir en clubes de fútbol. Ya es accionista del Angel City FC, del Boston NWSL y del San Diego Wave, y está negociando para entrar en el Chelsea FC, entre otros. También destacan Mercury 13, dueño del Como Women de la Serie A femenina y que aspira a comprar cuatro clubes más este año; Bay Collective, que es el fondo de Sixth Street y principal inversor de Bay FC, y Kynisca Sport International, el holding de la empresaria Michele Kang en cuyo portfolio están las Washington Spirit, el Olympic de Lyon femenino y las London City Lionesses.

Otros fondos de inversión que descartan la multipropiedad están invirtiendo en deporte mediante rondas de financiación en competiciones o franquicias. Aquí destacan CVC, que controla el 20% del negocio comercial de la WTA con una inversión de 150 millones de dólares (137 millones de euros). También sobresale una de las ligas que están atrayendo más interés, la competición de baloncesto 3x3 Unrivaled, que cerró una ronda de financiación de 35 millones de dólares (32 millones de euros) en la que participaron figuras influyentes del mundo del deporte, la cultura y los negocios.

Las inversiones de Stephen Curry, Álex Morgan, Giannis Antetokounmpo o la tenista Coco Gauff no hacen más que reforzar su estrategia de lanzamiento, atrayendo el foco mediático y de los aficionados. El caso de Alex Morgan o Gauff no es aislado. Cada vez más deportistas apoyan el deporte femenino invirtiendo de su bolsillo o participando en grupos inversores.

 

 

Estas inversiones, a menudo impulsadas por una combinación de pasión por el deporte y compromiso con el impacto social, proporcionan una financiación crucial para las ligas emergentes y las marcas de equipos en crecimiento. Por ejemplo, Serena Williams se ha unido a la franquicia de expansión de la WNBA Toronto Tempo, que debutará en 2026, a través de un grupo inversor liderado por Larry Tanenbaum y su holding Kilmer Sports.

Por su parte, Sabrina Ionescu ha entrado como minoritaria en Bay FC, de la NWSL. Ionescu es una de las principales estrellas de la WNBA en la actualidad. Es uno de los principales iconos comerciales de la liga, siendo la primera jugadora en tener modelos y colecciones exclusivas unisex de Nike, y no únicamente para mujeres. También es una de las jugadoras que más patrocinadores propios tiene actualmente en la WNBA.

 

El cambio de paradigma que impulsa el deporte femenino

El ecosistema del deporte femenino profesional está creciendo por el mayor interés que reciben las competiciones, tanto por parte del fan como por parte de los inversores. Así, se está creando una hoja de ruta que retroalimenta este ecosistema. Algunas de las acciones clave de este playbook son dedicar inversión específica para crear infraestructuras de entrenamiento y competición para los equipos femeninos. Por ejemplo, el Brighton & Hove Albion FC británico está construyendo un estadio específico para el equipo femenino. Será el primero en Reino Unido.

 

 

Las Indiana Fever de la WNBA, franquicia en la que compite Caitlin Clark, invertirán 78 millones de dólares (71 millones de euros) en su propio centro de entrenamiento. Será uno de los pocos equipos femeninos en todo el mundo en contar con instalaciones propias, una tendencia que empieza a extenderse en el fútbol (Bay FC, Liverpool FC, Arsenal FC, Manchester City, Angel City FC…) y en la WNBA, donde equipos de expansión como las Golden State Valkyries también tendrán instalaciones propias.

Otro de los puntos clave de esta hoja de ruta es aprovechar el potencial de los grandes eventos para atraer al gran público. Por ejemplo, Reino Unido albergará en 2025 el Mundial de Rugby femenino, para el que ya se han vendido 220.000 entradas. “Es necesario desbloquear este potencial y crear una nueva generación de aficionados entregados al rugby femenino. Para ello, es necesario ir más allá de la mera organización de partidos y crear experiencias inmersivas, la cultura y la identidad que definen a este deporte”, explica Deloitte en su informe.

Otro de los eventos marcados en rojo en el calendario es el Mundial de Fútbol 2027, que se celebrará en Brasil. Estados Unidos pretende albergar el de 2031. Para ir abriendo boca, Netflix se ha adjudicado la emisión de sendos mundiales en Estados Unidos, y como parte del acuerdo, también se lanzarán docuseries.

 

Los fans del deporte son un 45% más propensos a comprar productos de los patrocinadores del deporte femenino

 

El plan USA-México pasa porque la competición facture 3.000 millones de dólares (2.745 millones de euros), cinco veces más que el reciente Mundial femenino de Australia y Nueva Zelanda (530 millones de euros) y un 33% más en comparación con los 1.882,5 millones de euros que Uefa genera con la Eurocopa, según se desprende de la candidatura que presentaron EEUU y México para albergar la cita en 2027. Más tarde, decidieron posponer su candidatura y presentarse como sedes para 2031, un año en que el negocio del fútbol femenino estará más maduro.

 

Desbloquear el potencial comercial del deporte femenino

Si bien los ingresos comerciales representan la mitad del negocio del deporte femenino, el sector cree que tiene un amplio potencial de crecimiento. Ello pasa por atraer a marcas no endémicas, es decir, ir más allá de las categorías de producto deportivo. Es algo que ya está ocurriendo, y explica la entrada de marcas de moda, belleza, viajes o bienes de consumo en el mundo del deporte a través del patrocinio. Destacan ejemplos como Oysho, Unilever con la Euro femenina 2025, los muebles Wayfair para el naming del pabellón de Unrivaled o las marcas de cuidado personal Mielle y Rilastil, que han firmado con la WNBA y el FC Barcelona Femenino, respectivamente.

Los aficionados al deporte femenino tienen el doble de probabilidades de comprar productos respaldados por atletas femeninas en comparación con otras personas influyentes y son un 54% más conscientes de los patrocinadores involucrados, según una encuesta de Wasserman The Colletive. Además, son un 45% más propensos a considerar la compra de productos o servicios de los patrocinadores.

 


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PRO Women es un evento organizado por 2Playbook, que en febrero de 2025 celebra su segunda edición. El evento presencial, celebrado en Barcelona, va acompañado del primer informe que pone cifras económicas al negocio que genera el deporte femenino en España: Women in Sports Landscape.

Todas las ponencias están disponibles en todas las plataformas de audio en formato pódcast. También puedes seguir toda la actualidad económica del deporte practicado por mujeres a través de PRO Women in Sports dentro de 2Playbook Media.

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