El atletismo español ha vivido un 2022 muy intenso marcado por la celebración tanto del Mundial como del Europeo. El rendimiento de los atletas y las preseas conseguidas ha llevado al equipo español a acaparar muchas de las miradas en ambos eventos. No en vano, se ha logrado la mejor actuación en unos mundiales desde 2007 y se ha vuelto al podio de medallas en el campeonato continental, algo que no sucedía desde el Europeo celebrado en Barcelona en 2010. Todo ello, pese a la polémica lista del seleccionador para Múnich que provocó un cisma entre atletas y Federación.
Con estos resultados el atletismo español confirma su mejoría en el año en que más pruebas atléticas se han hecho en el país y mejor se ha comportado su negocio. La Real Federación Española de Atletismo (Rfea) incrementó su presupuesto un 16% para esta temporada, hasta 13,9 millones de euros, principalmente por la organización del Campeonato Iberoamericano de Alicante, que contó con un presupuesto de 1,4 millones de euros.
“Ha sido la temporada más compleja de la historia en cuanto a nivel de selecciones y campeonatos nacionales por el número de competiciones que había”, asegura el presidente de la Rfea, Raúl Chapado. A los clubes, los resultados de sus atletas en Eugene y en Múnich les proporcionan una oportunidad para hacer valer su presencia y ganar mayor notoriedad a nivel comercial.
“Todo lo que sea un gran rendimiento a nivel internacional, puede animar la atracción de patrocinadores y que las administraciones públicas vean que pueden invertir más en atletismo”, valora Rafael Guerras, presidente del Atletismo Scorpio 71. Actualmente, un equipo de esta disciplina trabaja con presupuestos inferiores a los 500.000 euros anuales.
Aun así, la situación del patrocinio en el atletismo está muy lejos de ser lo que desearían los clubes. “La empresa privada es muy reacia a patrocinar proyectos deportivos de atletismo y cada vez es más difícil encontrar patrocinadores importantes para los clubes de primer nivel”, indica Antonio Escrig, presidente del Atletismo Playas de Castellón.
Chapado añade que el patrocinio en deportes como el atletismo ha dejado de tener un carácter “reputacional”, de tal forma que, no sólo se busca a los atletas o clubes que mayor rendimiento tienen. “Los socios quieren vincularse a un proyecto completo y no solo tener en cuenta los resultados”, señala el presidente de la Rfea. Asimismo, el ente federativo lleva trabajando en los últimos años para alcanzar nuevas vías de monetización mediante un proyecto de transformación digital que se pondrá en marcha en 2023.
El formato de competición y poner en marcha una legislación deportiva que facilite la inversión privada en deporte son otras de las demandas habituales en una disciplina en la que la mayoría de clubes viven de los apoyos institucionales. “En ocasiones las competiciones duran demasiado y es muy difícil atraer a nuevos públicos de esta manera”, agrega Escrig.
14,7 millones de cara a París 2024
Ahora se busca sentar las bases de este nuevo ciclo olímpico de cara a París 2024, en el que el atletismo contará con 14,7 millones de euros procedentes de las nuevas subvenciones plurianuales del Consejo Superior de Deportes (CSD). Esto supone unos 4,9 millones de euros anuales para la Real Federación Española de Atletismo, la segunda que más recibe por detrás de la Federación Española de Natación.
Tanto para el ente federativo como para los clubes, el nuevo sistema de reparto otorga una mayor certidumbre para la planificación de las temporadas. “Es imposible desarrollar programas con rigor ni llevarlos a cabo de forma correcta si no se conocen las cifras que vas a recibir”, explica Guerras. Hasta ahora, para un club de primer nivel como el Playas de Castellón, la aportación directa que recibían de la Rfea suponía alrededor de un 3,5% de su presupuesto.
De este modo, la federación ya ha preparado varias vías de reparto para este trienio. Por un lado, cuentan con una subvención directa a deportistas a través de un programa de ayudas por resultados en el equipo nacional, becas federativas y una cantidad asignada por nivel a los atletas para los gastos en viajes o material deportivo. Esta será la partida principal, cuyo desembolso superará los tres millones de euros, prácticamente el doble de lo que se aportó en 2021.
A ello hay que sumarle una ayuda de alrededor de 1,6 millones dirigida a la formación de los entrenadores y a la preparación de equipos y concentraciones colectivas del equipo nacional. El resto se destinará a sufragar el coste de los viajes de los atletas del equipo nacional en las diferentes competiciones internacionales.