Barcelona ha hecho méritos para asociar el nombre de la ciudad a deporte y tecnología. Albergó en 1992 los únicos Juegos Olímpicos que se han organizado en España, y creó un distrito tecnológico, el 22@, para atraer inversión y talento de este sector. Ahora, el equipo de Ada Colau quiere unir ambas industrias en uno de los recintos más emblemáticos de Barcelona’92: el Estadi Olímpic. El Institut Barcelona Esports (IBE) ha empezado a trabajar para reconvertir el recinto en un hub del sportech.
El proyecto está en fase preliminar, pero se está trabajando con Barcelona Serveis Municipals, entidad gestora del estadio, que pasaría a ser un laboratorio de innovación. “La Barcelona tiene que ser atractiva para que empresas tecnológicas y deportivas sitúen su sede aquí; queremos que la ciudad se convierta en un hub del sportech, donde empresas desarrollen tecnologías para el deporte de élite y para el día a día”, afirma David Escudé, regidor de deportes del Ayuntamiento, en una entrevista con 2Playbook.
No ha trascendido la inversión que requerirá este proyecto, pero Escudé admite que se presentará para recibir ayudas económicas de los fondos europeos, aprovechando que esta financiación está pensada para favorecer la transición hacia una economía verde y hacia las nuevas tecnologías. El plan de viabilidad corre a cargo de Kpmg.
Este es uno de los planes maestros del IBE, entidad pública al frente de la política deportiva de la ciudad, que tras la pandemia ha decidido trabajar con más intensidad el binomio entre deporte y economía. “Podemos ser uno de los vectores de recuperación económica de la ciudad; somos atractivos para los inversores extranjeros y para ser punta de lanza de una ciudad cosmopolita y capital del mundo”, afirma Escudé.
El directivo apunta a que las administraciones deben apoyar al sector con ayudas directas por el impacto que ha tenido la pandemia, la cancelación de eventos y el cierre de instalaciones, pero apunta a que “esta industria también debe poder generar recursos por sí misma”, y espera que el hub de tecnología vinculada al deporte contribuya a crear un ecosistema que favorezca la inversión, la generación de negocio y la atracción de talento para la ciudad.
Barcelona ha trazado un plan para recuperar el Estadi Olímpic y relanzarlo como hub de sportech
A diferencia de la mayoría de equipamientos deportivos que se construyeron en Barcelona para los Juegos, el Estadi Olímpic es un complejo con una baja tasa de uso, especialmente desde que el RCD Espanyol estrenó su propio estadio en Cornellà-El Prat, y desde que Open Camp cerró su parque temático, el último intento para revitalizar el espacio.
Algunas de las entidades que tenían sede en el complejo, como la Real Federación Española de Tenis (Rfet) y la Federación Catalana de Gimnasia, han pasado a tener sus propias oficinas fuera del estadio, lo que permite disponer de más espacio para dedicarlo a otros fines. “Ahora estamos haciendo un estudio para conocer las necesidades de las empresas que puedan operar desde este hub, con el fin de hacer los cambios pertinentes”, afirma el regidor de deportes.
Otro de los proyectos estrella del Ayuntamiento es la remodelación integral del Port Olímpic, en el que se invertirán 40 millones de euros y donde el deporte jugará un papel protagonista. Las intenciones del consistorio pasan por rehabilitar e impulsar el Centro Municipal de Vela; remodelar la Base Náutica de la Mar Bella y construir un nuevo centro de deportes náuticos. También se habilitarán nuevos espacios para deportes de playa y se mejorará la conectividad con los municipios ubicados junto al rio Besòs, como Sant Adrià del Besòs y Santa Coloma de Gramanet. La idea es facilitar la práctica de deportes acuáticos, incluido aguas abiertas y triatlón, al tiempo en que se actualiza el puerto para sustituir la zona de ocio nocturno por restaurantes y espacio para correr e ir en bicicleta.
A estos 40 millones de euros invertidos por el Ayuntamiento de Barcelona se suma el convenio firmado con la Diputación para destinar otros 20 millones adicionales a la construcción de varios equipamientos deportivos durante los tres próximos años. Se trata del desembolso público más relevante en deporte barcelonés desde los Juegos Olímpicos.
La mayor inversión de la Diputación en Barcelona en los tres próximos años será la construcción del centro deportivo municipal de la calle Espronceda, en el barrio de Navas. La corporación provincial pondrá más de 9,6 millones de euros y el Ayuntamiento completará con cerca de 2,8 millones.
También se construirá el nuevo centro deportivo municipal La Sagrera, que incluirá cuatro pistas de pádel y la restitución de las piscinas de verano. Además, contará con sala de fitness y una pista de ciclismo. De cara al futuro está la opción de instalar una pista retráctil para el uso de las piscinas durante el invierno.
La Diputación de Barcelona aportará el 100% del presupuesto: 7,8 millones de euros. Otro de los proyectos en camino es ampliar el polideportivo municipal L’Illa, en Les Corts, con seis millones invertidos por el Ayuntamiento y 1,5 millones adicionales por parte de la entidad presidida por Núria Marín.
“Es la apuesta más importante de la historia hecha en el deporte por la Diputación”, afirma Escudé, al recalcar que “habrá suma importancia del deporte en el peor momento económico”. En paralelo, el consistorio ha aprobado una subvención extraordinaria de 3 millones de euros para las entidades deportivas que se han visto afectadas por el cierre de instalaciones y la paralización de las competiciones en 2020. “Queremos seguir ayudando a los clubes y entidades de la ciudad, que continúan siendo muestro ADN”, asegura.