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La ‘pizarra’ de la FEB para sacar brillo al medallero desde la base hasta las selecciones absolutas

Una estrategia centrada en poner al jugador en el centro, impartiendo formación constante y exigiendo cupos de jugadores y jugadoras formadas localmente explica el éxito de las selecciones españolas de baloncesto en la última década.

Mundial sub19 Baloncesto Selección

Pocos deportes han dado tantos éxitos deportivos a España a nivel de selecciones como el de la canasta. De las categorías en formación a las selecciones absolutas y de los equipos masculinos a los femeninos, España en cierto modo ha normalizado su posición en las primeras plazas de medallero del baloncesto internacional. Los números hablan por sí solos: las selecciones absolutas masculina y femenina han ganado 13 medallas en la última década, pero sólo es la punta del iceberg de un trabajo formado por años de inversión en la cantera. Una pedrera que verano tras verano también cosecha éxitos deportivos, y prueba de ello es que de los ocho campeonatos de selecciones de formación que se han celebrado este año, España ha ganado medalla en siete de ellos.

Sólo en 2023, la sub19 se ha proclamado campeona del Mundial masculino y la sub16 ha hecho lo propio en el Europeo, mientras que la sub18 se ha hecho con un subcampeonato de Europa. La sub19 femenina se colgó la plata en el Mundial que celebró España y en el Europeo sub16, mientras que subió al podio ganando el bronce en los Europeos sub20 y sub18.

No son éxitos puntuales. Las selecciones absolutas e inferiores subieron al podio en doce ocasiones en 2022, rozando el 90% de victorias. La pelea por la hegemonía mundial durante la próxima década está garantizada. Pero, ¿cuál es la receta que explica estos éxitos? Ubicar al jugador y a la jugadora en el centro de la estrategia ha sido una de las claves, y ahí una pieza angular es la pirámide competitiva que ha construido la Federación Española de Baloncesto (FEB) hasta el profesionalismo que representa la ACB.

Los éxitos de las Selecciones son los éxitos de toda la estructura, desde los clubes hasta la FEB, pasando por las federaciones autonómicas. Sin la coordinación de todas las partes, los resultados no serían los que son, porque entre todos alcanzamos a todos los pasos imprescindibles: la captación de talento, la formación continua, el seguimiento tanto deportivo como biomédico, etc. Todo ello lo compartimos a lo largo de toda la temporada”, afirma Elisa Aguilar, directora de Competiciones FEB.

La pirámide competitiva de la FEB cuenta tres escalones: en femenino LF2, LF Chalenge y la Liga Femenina Endesa, y en masculino Liga EBA, LEB Oro y LEB Plata hasta la Liga Endesa ACB. “Por lo que respecta a las competiciones masculinas, tanto la LEB Oro como la LEB Plata está probablemente en su mejor momento desde que recuperamos ascensos y descensos, y la Liga EBA”, valora Aguilar. “En la pirámide femenina, la Liga Femenina Endesa está considerada como la mejor de Europa, y lo es, por talento, proyectos, competitividad… Esta estructura permite el mejor desarrollo posible de jugadores y jugadoras, entrenadores, entrenadoras, árbitros y árbitras a su máximo nivel deportivo, porque es una estructura estable”, añade.

A la espera del resultado de España en el Mundial masculino, el país suma 32 medallas entre las selecciones absolutas y en formación 

La colaboración constante con los clubes para garantizar unos óptimos programas de tecnificación también es vital, especialmente desde la base. Y, una vez superada la mayoría de edad, cuidar al talento español y al formado localmente es fundamental. Ahí la FEB establece mecanismos y normativas para favorecer que el talento formado localmente se curta con minutos de juego en pista. De hecho, en las ligas gestionadas por la FEB, como son LF Endesa y LF Challenge, y todas las tres competiciones situadas entre la LEB Oro y EBA, cuentan con un sistema de cupos de jugadores de formación.

Incluso existe un sistema de bonificaciones para el pago de las cuotas para competir. Por ejemplo, la Liga Femenina cuenta con premios económicos por favorecer la apuesta por dar minutos sobre el parquet a jugadoras nacionales. ¿El objetivo? Impulsar el desarrollo de las deportistas con ritmo de competición para crear nuevos referentes de la talla de Amaya Valdemoro, Alba Torrens o Raquel Carrera, lo que a su vez revierte en una mayor práctica del baloncesto desde edad infantil.

Esta estrategia se recoge en prácticamente todas las competiciones de la FEB e impacta desde la base. La norma puede no aplicarse en las ligas autonómicas, pero en los campeonatos de España se establece un mínimo de cupos en edad infantil, cadete y junior. Por ejemplo, es obligatorio que las plantillas cuenten con 8 jugadores de formación como mínimo.

Ello implica haber participado en competiciones FEB durante cuatro temporadas, para los campeonatos junior, o tres temporadas para cadete. En EBA, cuarta categoría del baloncesto español masculino, también es obligatorio conformar una plantilla con ocho jugadores de formación, mientras que en Liga Femenina, LEB Oro y LEB Plata el mínimo exigido es la mitad.

La FEB organiza cada año 14 campeonatos de España desde edad mini (12 años) hasta junior (17 años), además de dos ligas de élite femenina y tres masculinas

Es una filosofía que también afecta a la ACB, con la que la FEB firmó un convenio de coordinación en 2021 que, si bien elevaba de dos a tres el número de extracomunitarios, también subía de cuatro a cinco la cifra de jugadores formados localmente en la principal liga de baloncesto del país. Así, se endurecieron los criterios para considerar como canterano a un jugador. Todo ello ha contribuido a que las principales ligas no sólo tengan jugadores y jugadoras locales, sino a que este talento también se exporte. España es el segundo país que más exporta, según el informe anual Fiba Migration Report 2022. En la pasada temporada, España es el tercer país no estadounidense con más jugadores en la NBA.

 

El apoyo de los espónsors, otra de las claves

Los espónsors juegan un rol fundamental en el desarrollo de proyectos de la Federación, pero mientras que marcas como Endesa han buscado asociarse especialmente al básquet de élite en las categorías absolutas y competiciones como la Copa del Rey o la Liga Femenina, espónsors como CaixaBank se han involucrado también en la activación de marca desde la base. Así, la entidad financiera luce su logotipo en el frontal de la camiseta de juego de los equipos femeninos desde la base a la absoluta, y en la trasera de las selecciones masculinas.

A ello se suma el desarrollo de iniciativas para desarrollar al talento de las categorías de formación, como el patrocinio de 9 canteras de baloncesto en España como son la de Gran Canaria, Valencia Basket, UCAM Murcia, Real Betis, Granada, Estudiantes, Obila, Baskonia y Bahía San Agustín Mallorca.

A través de la vinculación con los equipos ACB, CaixaBank promueve la práctica y la promoción del baloncesto para equipos de formación y escuelas de baloncesto. Mediante estos acuerdos fomenta la participación en competiciones oficiales de dichos equipos. Además, la entidad financiera participa en la organización de 23 campus repartidos por todo el territorio, concede becas a jóvenes deportistas y formación de entrenadores, entre otras actividades para acercar el baloncesto a todos los rincones. Prueba de ello es que CaixaBank también es impulsor de la iniciativa del Plaza 3x3 CaixaBank, que llega a todas las edades y rincones de España y favorece el conocimiento y la práctica del baloncesto entre el amateurismo.

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