Comienza el primer torneo de la nueva competición que ha dividido al mundo del golf. El LIV Golf arranca su andadura con una primera parada que se celebrará en Londres, entre los días 9 y 11 de junio, en un evento que repartirá un primer premio de 4,7 millones de euros, un 75% más que los 2,7 millones de euros que ganó el estadounidense Justin Thomas tras ganar la última edición del PGA Tour. El importe total que el LIV Golf promete en premios en su debut es de 255 millones de euros.
Financiada por Arabia Saudí, la nueva serie estará formada por ocho torneos que se celebrarán a lo largo de 2022. Además de Londres, el proyecto entra de lleno en el territorio PGA con cinco paradas en Estados Unidos (Portland, Nueva Jersey, Boston, Chicago y Miami), además de Bangkok (Tailandia) y Jeddah (Arabia Saudí). Pese a ser un evento de nueva creación, una bolsa de premios inigualable para cualquier promotor que piense en la sostenibilidad económica de un evento ha seducido a 48 jugadores. Estos estarán divididos en doce grupos de cuatro participantes cada uno, que competirán por equipos y al mismo tiempo de forma individual.
“Los miembros que violen el reglamento recibirán medidas disciplinarias”, advirtió días atrás el PGA Tour, tras prohibir la liberación de los deportistas con los que tiene contrato para que jueguen en Londres. La razón no es otra que el riesgo comercial que supone para el actual circuito profesional, del que muchos jugadores se han dado de baja para poder jugar para Arabia Saudí.
El movimiento del LIV Golf -y el de los propios atletas- es muy similar al que se está produciendo en los últimos meses en otras disciplinas deportivas. Por ejemplo, los jugadores de pádel están tratando de acceder a mejores compensaciones económicas y, en su caso, están tensando la cuerda para que el Premier Pádel Tour – impulsado por Qatar Sports Investment- desbanque al World Padel Tour a partir de la próxima temporada. Nuevamente, pensando más en el negocio a corto plazo que en la promoción de la disciplina a medio y largo para que las próximas generaciones puedan dedicarse profesionalmente si llegan a la élite.
La razón no es otra que existe el riesgo de que Arabia Saudí y Qatar retiren sus millonarias inversiones a fondo perdido una vez logren sus objetivos geopolíticos, pues la industria considera insostenibles económicamente las propuestas de premios planteadas si se analiza el negocio que hoy generan los torneos. Estos importes marcan una importante diferencia con el PGA Tour, donde sólo se reparten premios entre los profesionales clasificados en las dos últimas rondas de la competición.
En el caso del LIV Golf, cada cita tiene 25 millones de dólares en premios (23,4 millones de euros). El ganador cobrará 5 millones de dólares (4,7 millones de euros) y el último clasficicado recibirá un mínimo de 112.000 euros. Además, cada equipo recibirá entre medio millón y tres millones de dólares. Al término de las series, se repartirán 30 millones de dólares (28 millones de euros) más entre los tres mejores golfistas (60% el primero, 27% el segundo y 13% el tercero). Por último, habrá 50 millones más para los equipos, que percibirán entre 1 millón y 16 millones de dólares según su clasificación, un dinero que se repartirá a partes iguales entre los cuatro golfistas.
Esta nueva serie estará ligada al Asian Tour, que en 2022 retomó su actividad tras dos años sin celebrar competiciones como consecuencia de la pandemia. El nuevo circuito de golf, que arranca esta semana en Londres – en el Centurion Club -, prevé invertir en torno a 2.000 millones de dólares (1.867 millones de euros) para seguir financiando su expansión. Esta pasa por seguir sumando eventos a su calendario y captando jugadores que hasta ahora habían competido en el PGA o el European Tour.
El objetivo de la organizadora de la competición es alcanzar los 14 eventos de cara a la temporada de 2024. Greg Norman, ex número uno del mundo y consejero delegado del LIV Tour, destacaba recientemente que “el objetivo es ofrecer un espectáculo deportivo más entretenido para los aficionados dando más oportunidades a los jugadores”.
Por el momento el nuevo torneo de golf no cuenta con patrocinadores oficiales y sus retransmisiones se canalizarán a través de Youtube, un aspecto que desde el PGA Tour sí han reforzado durante los últimos años. De hecho, el circuito estadounidense vendió a finales de 2021 su naming right a DP World, compañía logística de Emiratos Árabes Unidos. Ese acuerdo permite al PGA Tour prácticamente duplicar el prize money de la gira europea hasta más de 200 millones de dólares, en un intento por aumentar su atractivo ante la amenaza de nuevas series, como es el caso del LIV Tour.
Polémica participación de los jugadores
La polémica con esta nueva serie gira principalmente en torno a la participación de los jugadores, tal y como sucedió con la creación del Premier Pádel Tour. El LIV Tour ha hecho una fuerte inversión para asegurarse la presencia de algunos de los mejores cabezas de serie a nivel mundial, algo que no ha gustado al PGA Tour. Así, después de que algunos jugadores – como Dustin Johnson, Phil Mickelson o el español Sergio García – anunciaran su participación en el nuevo torneo, el circuito estadounidense anunciaba medidas disciplinarias contra todos los que siguieran este camino.
Tras conocer la amenaza del PGA Tour, tanto los dos jugadores americanos como el español han confirmado su renuncia a participar en el circuito estadounidense, decantándose por la nueva competición que cuenta con el respaldo de Arabia Saudí. Esta decisión de reemplazar su presencia en el PGA por la nueva liga saudita ha supuesto que algunos de ellos, como Dustin Johnson o el norirlandés Graeme McDowell, hayan perdido patrocinadores, en su caso el Royal Bank of Canada (RBC). Esta retirada supondrá que los golfistas tampoco podrán participar en la Ryder Cup de 2023.
Los otros tres jugadores españoles que han confirmado su presencia en la nueva gira saudí son Pablo Larrazábal, Adrián Otaegui y el amateur David Puig. Pero, ¿cómo ha logrado el LIV Tour que algunos de los mejores jugadores del mundo abandonen el hasta ahora circuito más importante del mundo para unirse a un nuevo proyecto? A golpe de talonario. Y es que la entidad que gestiona la nueva competición ha llegado a pagar hasta 150 millones de dólares (140 millones de euros) a jugadores como Dustin Johnson para que confirmen su participación.
La entidad ha anunciado esta misma semana que el primer evento de la temporada se podrá seguir en directo y en abierto a través de Youtube y Facebook, una decisión con la que LIV Golf busca captar la atención de los aficionados en su debut mundial. Por el momento se desconoce con qué plataformas privadas de emisión ha alcanzado acuerdos la organización, que sí ha confirmado que se desvelarán en los próximos días.