El avance de las tecnologías es fundamental para el desarrollo de otras actividades en la actualidad. El deporte no es ajeno, y ha observado expectante cómo irrumpían nuevos dispositivos, redes como el 5G o el blockchain, pero también ha sufrido de forma indirecta las crisis de producción de microchips o las guerras de las plataformas de streaming. Estas tendencias seguirán impactando de forma significativa en 2023, según el último informe TMT 2023, publicado por Deloitte.
Se estima que el gasto en plataformas de streaming será de 6.000 millones de dólares en 2023. Es apenas una pequeña parte de los 50.000 millones que las suscripciones a todas las OTT movieron en 2021, según el estudio. “El gasto en deporte es relativamente bajo, pero significativo, en comparación con el total”, admite Deloitte. “El crecimiento del gasto en contenidos deportivos en directo pone de manifiesto la creciente interdependencia entre los proveedores de streaming y las ligas deportivas”.
Otro reto es cómo combatir la fragmentación del contenido deportivo y cómo mantener la calidad en las retransmisiones en directo, algo más complejo que con contenidos ya grabados. Todo ello en un contexto en el que el consumo se ha acelerado y cada vez demanda más agilidad, con repeticiones, clips y contenidos casi instantáneos.
“La economía está marcando el escenario para los servicios de vídeo bajo demanda, que cada vez son más competitivos”, indica Deloitte. De cara a 2023 se estima que dos tercios de los consumidores tendrán, al menos, una OTT contratada, un 5% más que el año anterior. Además, apunta a otra tendencia clave: para finales de 2023 considera que todas las grandes plataformas de streaming habrán incluido publicidad en su oferta para complementar a otras opciones premium libres de anuncios.
De cara a 2030 se espera que “la mayoría de suscripciones a servicios de vídeo online sean total o parcialmente con anuncios, especialmente en mercados emergentes, donde este modelo de comercialización siempre ha sido la norma”. Y un último dato a tener en cuenta: en los mercados más desarrollados se estima que los consumidores prefieran pagar menos e incluir publicidad en lugar de optar por las suscripciones premium, al menos mientras dure el actual escenario de inflación global, pues les permite compaginar suscripciones a varias OTT a la vez.
Actualmente la mitad de los usuarios ya ven contenido con anuncios en las OTT que utilizan, con Estados Unidos a la cabeza (59%). Sin embargo, la publicidad también ha tenido un efecto disuasorio. En Estados Unidos hasta un 37% ha cancelado la suscripción a la plataforma contratada desde el inicio de la década, y los porcentajes se replican en otros países como Brasil, Reino Unido o Alemania. Y ahí es donde el deporte está jugando un rol esencial, según la consultora.
“Las organizaciones deportivas y de streaming tienen mucho que ganar de esta simbiosis. A medida que crece la competencia y hay más bajas de suscriptores, más operadores usan el deporte como elemento diferenciador para ayudar a retener a sus suscriptores. Además, les sirve para captar publicidad y escalar sus audiencias, mientras que las organizaciones deportivas se benefician con un incremento en los precios de sus derechos audiovisuales, expandiendo el acceso a sus productos y acercándose a consumidores más jóvenes”.
Por otro lado, la consultora apunta a que los teléfonos con tecnología 5G incorporada ya están llegando al mercado incluso por debajo de cien dólares. Aún representarán “una pequeña parte de las ventas el año que viene, pero harán la tecnología 5G más accesible a todos los consumidores en casi todos los mercados”, destaca.
Al disminuir su precio, eso sí, los fabricantes y distribuidores tendrán que encontrar negocios alternativos para suplir la pérdida de facturación, que derivará en una mayor oferta de servicios complementarios para el usuario. Por ahí es por donde aparece la ventana de oportunidad para otras industrias, como el entretenimiento, dentro de la cual se integra el deporte.
No menos importante será la producción de microchips, puesto en el punto de mira por la crisis generada en la pandemia, que obligó a frenar gran parte de la producción de la mayoría de industrias. Aunque su impacto en el deporte sea más indirecto, su desarrollo es esencial para que la parcela tecnológica pueda avanzar y, así, vaya permeando en sectores del entretenimiento y permita a sus organizaciones impulsar nuevos negocios.