El estado de salud de la infancia empeora en España en los últimos tres años. Un 32,2% de los niños y niñas y adolescentes declara tener problemas en relación al bienestar emocional, un porcentaje muy superior a la cifra registrada en 2019, 19,8%. Además, este crecimiento es mucho más acentuado para el género femenino, que alcanza el 40%, y en la población adolescente, que se eleva al 42,4%, según Pasos 2022-2023, estudio elaborado por la Gasol Foundation.
La obesidad vuelve a ser uno de los principales trastornos de salud que afecta de manera preocupante a los más jóvenes. Es, además, un problema que afecta en mayor medida a aquellos infantes que viven en situación de vulnerabilidad económica. Concretamente, un 6,7 % más de la población infantil y juvenil matriculada en centros educativos ubicados en una sección censal con una menor renta media por persona y año presentan obesidad.
Esta preocupante tendencia también se aprecia en el caso de la obesidad severa, que crece ligeramente en los entornos con un mayor porcentaje de pobreza infantil, mientras que en aquellas áreas con menor pobreza infantil, se reduce. “Estamos frente a una situación extremadamente preocupante, con graves consecuencias a corto, medio y largo plazo”, ha afirmado Cristina Ribes, directora ejecutiva de la Gasol Foundation. “Estamos viviendo un deterioro acelerado de los hábitos de vida de los niños y niñas, especialmente entre aquellos que viven en situación de vulnerabilidad socioeconómica”, ha añadido.
“La obesidad infantil es un reto complejo, que afecta a toda la sociedad: debemos hacer un esfuerzo decidido, contundente y multisectorial para frenar esta problemática social que va mucho más allá de la salud pública”, ha comentado el Dr. Santi F. Gómez, director global de Investigación y Programas de la Gasol Foundation e investigador principal del estudio PASOS.
Al mismo tiempo, en los últimos 3 años, la percepción de los niños y niñas de su propio estado de salud se ha deteriorado considerablemente, disminuyendo en más de 6 puntos (en una escala de 0 a 100), hasta los 9 puntos para la población de menor nivel socioeconómico, tanto según el nivel de renta media por año como según nivel de pobreza infantil.
El estudio pone de manifiesto algunos factores que contribuyen a estas tendencias. Uno de ellos es el promedio de uso de pantallas, que se eleva a 193,9 minutos entre semana y se dispara a los 288,4 minutos los fines de semana. Estas cifras superan los datos de 2019-2020. Por otro lado, casi la mitad de los infantes no cumplen con las recomendaciones de horas de sueño diario tanto entre semana como el fin de semana. El porcentaje de incumplimiento es mayor entre ellas, con un 47,6%.
En lo que respecta a la alimentación, el nivel de adherencia a la dieta mediterránea retrocede respecto a 2019 hasta los 6,48 puntos, en una escala de -4 a 12 puntos. Sólo un 37% de la población infantil y juvenil alcanza un nivel alto de seguimiento a la dieta mediterránea, tres puntos menos respecto a 2019-2020. Un 12%, por su parte, presenta un nivel bajo de adherencia, lo que supone un incremento de casi 2 puntos.
El promedio de minutos dedicados a la actividad física moderada o vigorosa ha disminuido en 7,4 minutos diarios en el caso de las niñas y en 7,1 minutos en el caso de los niños. Esto significa una reducción de unos 50 minutos semanales. Dicho deterioro es superior en entornos con un mayor porcentaje de pobreza infantil, ya que la disminución promedia se eleva hasta casi 14 minutos al día menos de actividad física, lo que supone casi 100 minutos menos a la semana.
