En cualquier crisis siempre hay inversores preparados para poder comprar a precio de saldo, pero probablemente en pleno confinamiento no era el mejor momento para echar las redes. Las dudas sobre si las costuras del sector aguantarían estaban fundadas, con gimnasios y tiendas cerradas, y el deporte de élite suspendido sine die. Muestra de ello es que la inversión extranjera en el deporte español toco mínimos de la última década con sólo 1,54 millones de euros en el primer semestre. Lo más duro: entre abril y junio sólo entraron 26.000 euros, según las estadísticas del Gobierno.
Es un desplome del 58% interanual para todo el periodo una magnitud superior al del 38% que se ha dado en el conjunto del tejido empresarial español, que en los primeros seis meses del año obtuvo 7.644 millones de euros de accionistas foráneos. Además, es una tendencia a la baja que ya se venía registrando en 2019, ante la ausencia de grandes operaciones corporativas que hayan involucrado a un club de fútbol, gran dinamizador de las compraventas en los últimos años.
“Los fondos están esperando a ver qué sucede de aquí a final de año; puede abaratar aún más el coste de adquisición de aquellas compañías que tengan más problemas de caja”, señala un asesor financiero que ha participado en varias de las últimas adquisiciones de clubes de fútbol. “Si ponemos el foco concretamente en el detallista independiente, toda esta situación va a empujar hacia un mayor proceso de concentración en grandes operadores”, señalaba día atrás a 2Playbook el presidente de la Asociación Española de Fabricantes y Distribuidores de Artículos (Afydad), Andrés de la Dehesa.
Por áreas de inversión, este año los clubes deportivos han recibido 522.000 euros, por el millón que recibieron compañías dedicadas a otras actividades deportivas, donde suelen figurar empresas dedicadas a la gestión de grandes complejos. A partir de aquí, sólo unos miles de euros corresponden a las compañías de retail y cadenas de gimnasios.
Según fuentes jurídicas, estos pequeños importes corresponden a la constitución de sociedades o filiales, que en los próximos meses sí puede ser que reciban inyecciones de recursos mayores. Por ejemplo, días atrás la masterfranquicia de la francesa Fitness Park recibió 1,8 millones de euros para su expansión en España.
El Ministerio de Industria, Comercio y Turismo no detalla a qué compañías corresponden las aportaciones que trimestralmente recopila, si bien algunas de ellas coinciden en tiempo y forma con proyectos hechos públicos en los últimos meses. Por ejemplo, se ha registrado la entrada de 1,03 millones de euros desde Francia, donde radican varias cadenas de gimnasios que se están implantando en el país. Al margen de un segundo trimestre negro, el único aspecto positivo es que el importe registrado entre enero y marzo de 2020 doblaba al del mismo periodo de 2019.
Ahora bien, las estadísticas trimestrales revelan que no existe estacionalidad, por lo que también resulta muy complicado atribuir exclusivamente a la pandemia esta drástica caída de la inversión, pues históricamente han convivido periodos con inyecciones extranjeras de más de 100 millones con otras que no superan el millón. De hecho, entre 2018 y 2020 han sido los equipos de fútbol los que han liderado la inversión extranjera en el deporte español, con 193,91 millones de euros. El grueso del dinero corresponde a las entradas de nuevos accionistas y ampliaciones de capital en el Atlético de Madrid, Espanyol o la UD Almería.
En caso de que no se produzca una gran operación en LaLiga en lo que resta de año, probablemente el 2020 sea uno de los peores años para la llegada de capital foráneo. Ya en 2019, el flujo de dinero retrocedió un 38,8% interanual, hasta 83,85 millones de euros, el segundo peor registro de los últimos siete años. Y no se atisban nuevos movimientos de calado, si bien clubes como el CE Sabadell ya han admitido que van a necesitar ampliar capital para cumplir con los requerimientos mínimos que impone el Consejo Superior de Deportes (CSD) a los equipos que militan en LaLiga.
Si se analiza el periodo 2009-2019, los clubes deportivos han absorbido el 39,6% de la inversión extranjera con 917,9 millones de euros. Le sigue el segmento de gestoras de instalaciones deportivas, donde cadenas como Holmes Place o Viva Gym han recibido importantes inyecciones desde Reino Unido; el total de este sector es 581,55 millones de euros, a los que se añaden otros 95 millones para los que operan bajo el objeto de gimnasios.
Los retailers deportivos, donde el gran protagonista del último lustro ha sido Sprinter y su alianza con JD Sports, han captado 541,96 millones de euros. No es de extrañar el elevado volumen de recursos que ha movido este segmento de la industria, pues muchos operadores son de origen extranjero que han constituido filiales para implantarse en el mercado ibérico.