Hombre, joven y universitario: así es la radiografía del empleado deportivo en España

El empleo juvenil y la participación femenina crecen en un sector que sigue acusando la precariedad laboral que ha provocado el éxodo de trabajadores hacia otras industrias.

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El empleo vinculado al deporte vive una fase de plenitud tras haber superado uno de los períodos más aciagos de su historia y pese a las dificultades de algunas empresas deportivas de fichar talento en plena gran dimisión. Si a principios de 2020 había más de 110.000 trabajadores del sector en ERTE, 2022 finalizó con el empleo deportivo más alto de la historia: 235.400 trabajadores, un 7% más que en 2019 y un aumento del 6,1% respecto a 2021. Unos datos que confirman que el sector, desde el punto de vista del empleo, ha dejado atrás la pandemia, aunque sólo representa un 1,2% del empleo total en España.

¿Pero cómo es la radiografía del trabajador deportivo en el país? Varón, menor de 34 años y con una formación académica superior a la media española, según la Encuesta de Población Activa en el ámbito deportivo en 2022, elaborada por el Instituto Nacional de Estadística (INE). A pesar de que el año pasado las mujeres estuvieron cerca de romper el techo de las 100.000 trabajadoras en este ámbito, con 99.600 empleadas, lo cierto es que mayor parte de empleados siguen siendo hombres. En este recuento se incluyen desde trabajadores de gimnasios hasta deportistas profesionales y entrenadores, pasando por el personal de los fabricantes de artículos deportivos y otras actividades vinculadas a este sector.

Los varones representan un 57,7% del total, 1,6 puntos porcentuales menos que en 2019. Ellas suponen un 42,3% del total, por debajo del 44% que registraron en 2021, aunque respecto a 2020 han ganado 10.000 empleadas, el doble respecto a los hombres. Pese a la mejoría femenina en las estructuras de las empresas, el deporte es uno de los sectores con mayor presencia masculina. Y prueba de ello es que la presencia femenina en las organizaciones deportivas está 3,9 puntos porcentuales por debajo de la media.

La brecha de género es aún mayor en los cargos directivos. En España, de hecho, sólo hay dos mujeres al frente de la presidencia de alguna federación deportiva estatal, lo que representa un 3% del total. Las excepciones son Asunción Loriente, al frente de la Federación Española de Remo, e Isabel García, que lidera la Real Federación Española de Salvamento y Socorrismo.

El CSD impuso en 2014 la normativa de que las juntas directivas de las federaciones tuvieran que estar representadas en un 33% por mujeres para poder acceder a sus subvenciones. Una cifra que ya ha ascendido hasta el 40%, si bien las mujeres no suelen ocupar la primera línea ejecutiva. En diez años, eso sí, la cifra de mujeres en las juntas directivas de las federaciones se ha triplicado hasta 327 directivas. Y, si en 2010 había 18 federaciones que no tenían representación femenina en su directiva, hoy todas cuentan con al menos una mujer, según los datos del CSD. “Antes las portadas de periódicos las ocupaban hombres, no nosotras. Por suerte esto ha cambiado y ya hay mujeres en estas portadas. Si hemos conseguido este cambio, debemos continuar y luchar por el cambio en la gestión y dirección deportiva”, apunta Theresa Zabell, doble campeona olímpica y presidenta de la Asociación Española de Mujer, Ejecutivas y Deporte (Aemed).

En lo que respecta a la edad, el 48,3% de los trabajadores son menores de 34 años. Esta cifra representa el doble del que registra de media el empleo total en el país, un 24,4%. El grupo que más crece es el empleo juvenil, y es normal que así sea porque buena parte de la fuerza laboral deportiva trabaja como entrenadores, técnicos e instructores en gimnasios. En un sector emergente que año a año crece en contratación, la presencia de jóvenes de entre 16 años y 24 años ha pasado del 19,7% de 2018 al 22,5% de 2022. La franja de edad que aglutina un mayor número de empleados, sin embargo, continúa siendo la de 25 a 34 años, con un 25,8%, con más de 60.800 trabajadores.

 

La gran dimisión también afecta al deporte

Que en el último lustro el sector deportivo tenga 9.000 trabajadores menos de entre 24 y 44 años también se explica, fundamentalmente, por la precariedad que aún arrastra esta industria, y que provoca que muchos migren hacia otros sectores con unas mejores perspectivas laborales, tanto a nivel salarial, de horario como de estabilidad contractual.

“El sector deportivo tiene un grave problema con los salarios, porque pide aptitudes y conocimientos cada vez más transversales a sus trabajadores, desde la parte técnica a conocimientos tecnológicos o sociales, pero luego no les valora económicamente lo suficiente”, indica un destacado operador de un grupo de centros deportivos.

La entrada en vigor de la reforma laboral, que busca cambiar hacia un modelo de contratación indefinida, no ha alterado de momento significativamente el marco laboral del sector deportivo, que cerró 2022 con una media de contratos indefinidos inferior a la registrada en 2020: pasó del 53,2% al 50,9%. Los contratos temporales suponen un 31,1%, pero la gran particularidad de este sector está en la parcialidad: sólo el 58% tiene contrato a tiempo completo.

El paso de la pandemia, eso sí, ha significado que muchos profesionales asalariados hayan dejado su puesto de trabajo para montar su propio negocio: el volumen de autónomos ha aumentado un 94,8% en los últimos cinco años, hasta 41.900 personas. Si en 2018 representaban el 10% del total, el año pasado elevaron su presencia hasta el 17,8%. La cifra de asalariados se ha mantenido estable en el último lustro, con un ligero incremento del 0,5%.

 

El perfil de empleado deportivo es mayoritariamente universitario

El deporte sigue siendo un ámbito económico cuyos trabajadores tienen, de media, un nivel de estudios superior al de la media estatal. En 2022, el 51,1% de los empleados del sector deportivo tenían una educación superior, casi cinco puntos porcentuales más que el 46,4% que registró, de media, el país. Otro dato que corrobora la preparación académica de los trabajadores del sector deportivo, en relación con la media estatal, es que apenas un 17,4% dejó sus estudios en la primera etapa de educación secundaria e inferior, mientras que la media del país asciende al 29,7%.

Pese a ello, subsectores como el fitness alertan de la brecha entre las habilidades que requieren los gimnasios y las competencias adquiridas en los centros de estudios. “Los perfiles que llegan hoy en día al mercado laboral no están suficientemente formados”, avisa Sílvia Pont, responsable de formación de Duet Sports. Uno de los problemas con los que se encuentra esta cadena cuando acude al mercado laboral es la dificultad a la hora de encontrar “personas con todas las competencias, tanto a nivel técnico como de servicio, adecuadas a los empleos que ofrecemos en nuestros centros”.

En este sentido, algunos expertos del sector defienden la importancia de combinar los estudios genéricos con otras formaciones específicas. “En mi primer trabajo apenas aplicaba los conocimientos adquiridos durante los cuatro años de carrera. La formación específica me sirvió para adquirir las competencias que piden en los centros de fitness”, aporta Pere Sorolla, entrenador personal y formador de técnicos fitness miembro del colegio de profesionales Colef.

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